domingo, 23 de enero de 2011

A punto de partir

A punto de partir y resulta que tengo corazón. No pensé en sentir mucho, pero claro, lo pensé, y esto no es asunto de “pensar”, sino de “sentir”. Mi madre me dice que estoy histérico, mi hermana prefiere no pensar en el asunto porque le pone triste, mi padre me apoya en cada movimiento. El hotel, el departamento (o el piso), la maleta (que no exceda los 23 kilos ¿cómo podré meter mi vida de seis meses en ella?), que quizá llegue a un albergue gay para los primeros días mientras afianzo el contrato del departamento, porque la querida Olga, así se llama la casera, no me dio bien su cuenta bancaria para depositarle el adelanto.

Cambiar euros, revisar mis libros de lectura, que si se queda Austen, Castellanos, Wharton, Preciado, Woolf o Zimmer Bradley… que si se van todas conmigo o sólo una… o dos… o tres… o ninguna… todo depende de la maleta de mano (que no exceda los ocho kilos). Que si la laptop grande (pero no le dura mucho la pila porque ya está viejita) o la laptop chica (que es híper incómoda para escribir) o las dos, pero si van las dos entonces no va ningún libro.

Zapatos, playeras, chamarras y yo sigo siendo una vaca jajajajajaja. Ropa térmica, desodorante, antitranspirante, cremas moldeadoras, perfumes, collares (sólo podre llevar tres, ¡TRES!), lentes de sol, bermudas y sandalias; que en mayo, junio y julio seguro hará calor mientras febrero, marzo y abril serán de frío intenso.

Mi cumpleaños lo pasaré allá. No estaré en el cumpleaños de mi hermana ni en el de tantos amigos que amo y que ahora me dicen con un dejo de santurronería “Seguro te conseguirás un par de perras valencianas”. Despedidas, pastel, vino y más pastel, más vino y más pastel. Cuatro días de pastel (amén por María Antonieta).

Primer regla inamovible: “NO AMARÁS”. Lo que significa que espero no enamorarme de nadie por allá, nadie de forma relacional como pareja.

Canciones para el viaje, nueva música descargada. No pude terminar mi lista de películas antes de partir, pero no me importa. Terminé “La edad de la inocencia” de Wharton, cuentos de Virginia Woolf, relatos de Castellanos, un libro de Charlotte Brontë, también leí “Los pájaros” de Du Maurier, pero ahora que leo otros de sus relatos la mujer no termina de convencerme.


Sí. Es un hecho. Me voy a España, Valencia, en un par de días. No tengo miedo, pero tampoco estoy emocionado, sólo estoy algo cansado de tanto planear y planear. Pensé que me sabría mejor esto del viaje, pero hasta el momento ha sido ligeramente desquiciante (de la buena manera, nada para romper jarrones), culpo al visado y a Olga, mi posible próxima casera.

Pero sí, ahora resulta que lo siento, siento partir y dejar a mis seres queridos. Dejar a la familia, tanto la biológica (la que te toca), como la social, los amigos (la que escoges), ellos que me han ayudado tanto después de mi última depresión (más de un año estable y contando).

Sólo sé que estoy feliz por no haberme tirado por la ventana aquel junio del 2009. Feliz porque escapo por un ratito (aunque sea) de esa ciudad donde estudio, de Cuernavaca, esa ciudad con historias que me sofocan.

Feliz por la oportunidad de ser distinto.

domingo, 9 de enero de 2011

Lo que Edith Wharton me sacó hoy sentado en el reposet...


En un momento, a todos, nos llega el momento de sentirnos algo innecesarios o quizá, demasiado inútiles para este mundo. La conciencia y la educación, y las imágenes diarias. Virginia Woolf alguna vez escribió que “Un sentimiento sin equivalencia en acciones es inútil”. Por eso me gusta el arte y hasta cierto punto, la escritura. Parece ser que la figuración (referente a un objeto físico, material, tangible) de las ideas, sentimientos y emociones, es lo que me interesa… después, la escritura te puede hacer pensar y recapacitar, es un amoldamiento del entorno y tus ideas, hacer posible lo imposible, recalcar ciertos aspectos que la gente parece no notar y que incluso la persona que escribe también ignora. Escribir es, como en todas las ramas del arte, crear, pero la diferencia es que el límite de la escritura es la imaginación. Lo sé, suena sesgado el asunto, sólo que en la escritura, casi cualquiera puede buscarse un lápiz o un objeto que pinte, y un pedazo de papel o superficie donde escribir, eso y una idea.

Una vez, cuando terminé de escribir aquella primera novela (y única… completa hasta el momento) estaba muy frustrado, de algún modo lo sigo estando con respecto a esa novela, sobre el equivalente de las emociones en la escritura. Y tuve un sueño, uno donde alguien (no sé quién era, pero era un hombre) me decía que debía usar las palabras para dar a entender las emociones sin definirlas o citarlas textualmente, debía abrazar al personaje y dejarlo estar consigo mismo para que el lector hiciera sus deducciones. Desperté y dije: Lo puedo hacer.

Bueno, creo que fracasé, pero vamos, no es para lacerarse, es un fracaso común y corriente para un escritor joven. De alguna manera siempre digo “soy joven, somos jóvenes”, puede ser que mis amigos tienen un poco de influencia en ese pensamiento, cuando hablaba con mi amiga Paulina sobre lo frustrado que estaba con mi novela (de eso hace un poco más de dos años) y de mis ansias de querer comerme al mundo, ella me dijo: Eres joven.
Ahora con 21 años claro que me sigo sintiendo joven pero no más sabio o preparado, claro que siempre se encuentra esa latente sabiduría que te dice, paradójicamente, que jamás tendrás ni el suficiente conocimiento, ni la más mínima experiencia y es mejor te dejes de preocupar por ello.

Pero, sí me preocupa un poco la falta de comunicación con respecto a mis escritos… tanto de textos de ficción (de aquí y allá), como de textos críticos, me he llegado a preguntar ¿será que me explico bien?, ¿será que llega aquello que quiero expresar? Por un lado se puede ver como algo egocéntrico, lo sé, por otro es algo muy absurdo, digo… “época postmoderna”, Umberto Eco diciéndonos que todo esto de la obra desde los años 60 se tiende a la obra abierta… pero el punto con cierto tipo de escritura es que se pretende, no dar un mensaje, sino más bien un apunte sobre lo social. Me llegó la preocupación cuando estaba sentadito en el reposet de la sala de mi tía, con una cobija y leyendo “La edad de la inocencia”. Llevo tiempo diciéndome “Si Edith Wharton viviera… ¿qué pensaría de la ‘nueva’ Nueva York”. Me dije que seguro ella pensaría: ahora no es la aristocracia aquella que recibe las loas y el reconocimiento social, ni las grandes familias conservadoras, no, sino aquellos bohemios que crecieron y aprovechándose de la ola europea, vieron la manera de dar forma a su élite, una que, ni es mejor ni peor que la aristócrata, pues sencillamente el núcleo del poder ha cambiado de dueño.
Claro, después me dio gracia por creer que puedo meterme en la cabeza de una mujer muerta en el siglo pasado y nacida en el antepasado (como cuando digo… ¿Y qué pensaría la Woolf? Y me respondo “Oh sí, claro, ella diría…”), después me cuestioné ¿y cómo sabemos que Wharton fue obvia con su mensaje? Claro, claro, entra la noción de que esa literatura tiene una forma y contenido mucho más directo que la literatura actual, pero aún así… Edith Wharton ¿estaba criticando la doble moral de sus personajes o sólo loándola? En ocasiones los escritores son muy discretos por temor a caer en la caricatura, admiro eso, porque cuando caen en la caricatura también caen en esquemas demasiado obvios, algo que, perdónenme, Charlotte Brontë hace (y la amo, pero lo hace, le encanta ser dicotómica), y claro, como me gusta comparar, si nos vamos al siglo “postmoderno” con una escritora como Candace Bushnell, que abundan todas estas neo feministas intento de existencialistas, porque ya sé… si han leído algo de ella dirán “Ella… ¿existencialista?, pero qué chiste tan malo”, pero les digo que la mujer se lo puede creer; y es que la líneas se rompen, Bushnell hace parecer heroico el que su protagonista súper famosa se cambie de color el cabello por una crisis emocional, cague en el baño de su mejor amiga y le grite a la mierda “que te pudras, que te pudras”, mientras el desagüe no sirve y la mierda se queda estancada en el retrete. Todo parece, nuevamente, una caricatura, pero ya no se sabe hacia qué lado de la balanza. Si con escritoras como las Brontë, Wharton, Castellanos, Austen, la misma Woolf y en ocasiones hasta Beauvoir, tocan los polos de lo dicotómico (y mira que Simone de Beauvoir es netamente existencialista y liberal, para ella no existe bueno y malo, perdón o condena, no de una forma tan árida), y no de una manera facilona sino en pro de dar a entender una noción. Puedo decir que las escritoras actuales (y bueno, escritores, es que sencillamente me he dedicado más a leer a mujeres y no hombres) la noción se pierde. Después de leer libros como los de Bushnell, termino pensando “¿Y qué me quiso decir? Quizá nada, quizá todo, quizá realmente soy un estúpido”, pero claro, regreso a textos como los de Wharton, que al menos sabes a qué le tiraba la mujer con precisión y sabiduría, no sólo con su escritura sino también con su modo de vida. Lo que me lleva a otro punto.

Los escritores, de un modo o de otro, llegan a una instancia en que confirman sus tesis con su modo de vivir. Ahí está Simone con “La invitada” (primera novela), Austen (sí, un gran salto en el tiempo) con todas sus novelas, Wharton que con “La renuncia” pone punto final a toda incertidumbre entre realidad y fantasía al agregar ciertos datos autobiográficos; pues verdaderamente los escritores también agregamos datos autobiográficos en los textos. Así ¿el relato se allega a la vida, o el relato parece ser una tesis teórica de lo que en ocasiones los escritores queremos de la vida? Entiéndase el “querer” como homenajear, reprobar, criticar, observar. Por eso creo que los teóricos actuales, e incluso los de aquella época, consideraron la obra de Edith Wharton aún más incisiva de lo que ya es por sí misma. Porque lo escribió, dio a entender (de una manera muy elegante) “Nueva York, eres hipócrita, tienes doble moral, tus estatutos no me ajustan, tus leyes son demasiado obtusas y banas” y después lo aplicó a su vida, no sólo en la escritura, así creó un cambio.

Pero luego llegan los escritores postmodernos… luego llega mi generación, luego ¿qué se deduce que debemos decir? Me siento innecesario e inútil, la verdad por esa cuestión he pensado en dejar de escribir, porque me siento muy egoísta. Cuando recibí apoyo para terminar mi novela dije “Esto debería bastar, nadie tendría que conocer lo que escribo, justo ahora me pagan por algo que me gusta hacer, el querer publicarlo es pura vanidad, además ¿De qué le serviría a la gente?, ¿qué consuelo o alivio podría dar?”, al poco tiempo inicié mi blog “La campana de cristal” y mis indicios eran “Mundo del arte, eres tan extraño, hipócrita, doble moral, absurdo, elitista, lleno de poses y vanidad, tanto que me enferma me gustes tanto”, y mundo del arte como TODO lo que engloba al arte. Después me di cuenta que exageraba las cosas y eso estaba bien, total, nadie leería mi blog, nadie que realmente le interesara, y si escribía eso era por mera fantasía, ahí podía suceder cualquier cosa pues era libre, primero, de las leyes de la vida (sí, crítica social pero a la vez indiferente a ello, tenía que ser a momentos tan diferente de la realidad, en otros tantos una caricatura, en otros más un fiel retrato) y segundo, lo más importante, no eran textos ficticios que debieran tomarse en serio, no los pensaba mucho, salían entre veinte o cuarenta minutos… pero la cosa cambió.

Recibí comentarios de compañeros y la cosa cambió, se reafirmó y cuestionó mi modo de vida, el texto cobraba más importancia que el mismo escritor y eso es una falla, la querida Carrie Bradshaw dijo alguna vez: “Yo no soy mi columna, mi columna es lo que hago”. Lo dirá ella en el ‘nuevo’ Nueva York que incluso criticaría la misma Edith Wharton y que también me sorprendí amar tanto “Sex and the city”, serie que si vivieran tanto Wharton como Woolf la despreciarían… pero es que… cuesta tanto ser congruente, y aunque como dice Miranda Richardson en su papel de Vanessa Bell en “Las Horas”: “Tu tía (le dice a su hija Angélica) es una mujer muy afortunada Angélica, porque tiene dos vidas, la vida que ella viva y la del libro que está escribiendo”. Pero a momentos ¡cuán difícil es llevar la responsabilidad que conllevan esas dos vidas!

Pues bueno, sólo escribo esto, porque aunque me parezca egocéntrico ser escritor (lo digo pensando en mí, no en los demás, porque incluso la mayoría de los escritores de mi edad que conozco son activistas, altruistas y dadores de igualdad social e intelectual, mientras yo leo en un silloncito con una cobijita mis libros jajajajaja) sigo escribiendo porque eso me ayuda a seguir viviendo, inventar cosas, afianzar otras, dramatizar algunas o quitarles la relevancia poniéndolas en papel y también en la web, y que al fin, ahora que ya le puse fecha final a Leonard y sus disturbios emocionales, pretendo iniciar lo que pretendo sería mi segunda novela (que ya he iniciado un par más con el mismo fin, “La campana de cristal” es una muestra de ello, pero debo dejar descansar a Leo por un rato, porque la verdad no sé si me interesa tanto el mundo del arte desde esa perspectiva, al menos dentro de una donde casi cualquiera se puede sentir identificado y ofendido dentro de mis textos), digamos que si mi anterior novela fue inspirada por Virginia Woolf, diré que esta segunda corre a cargo de mi musa Simone de Beauvoir y la premisa de “No somos evolutivos”, no existen límites o dicotomías, no más allá de estar vivos o muertos. Alguna vez Simone escribió: “¿Qué es un adulto, sino un niño hinchado?” pues bien, de ahí proviene esta segunda novela de la cual ya inicié, no les contaré mucho, odio decir que inicio un proyecto porque luego no se concreta en nada, pero con eso de que quizá pronto tenga más tiempo libre del que normalmente tengo, pues entonces me dedicaré a escribir. Y sí… uno de mis personajes principales, uno realmente importante, se inspira netamente en una persona muy cercana a mí, y otros más a la gente que me rodea, pero eso sí, nadie se podrá sentir aludido, ofendido o identificado hasta que la novela está terminada, escrita y publicada, y que para eso pase podemos decir que aún falta tanto tiempo que prefiero no pensar en ello y solo disfrutarlo.

viernes, 7 de enero de 2011

Los chicos de mi vida #6 Ryan Kelley

Bueno, seguimos con mi feria de las vanidades, pronto les pongo las nuveas noticias del imperio... y aunque sería más constructivo hablar y escribir de lo último que he estado pensando sobre ciertas escritoras de las que me he apegado en vacaciones... creeeoooo que mejor nooo JO! =P vamos a la sabroseada:



Ryan Kelley: Me perdí en su interpretación de Bobby en “Prayers for Bobby” cuando le hace de un chico gay dentro de una familia hipercristiana, quiere ser escritor pero a su familia no le parece del todo, lo rechazan por su preferencia sexual, intenta “curarse” por todos los medios, ora todo el tiempo, escribe para sublimar cosas, se mete mucho en su trabajo escolar y físico para despejar la mente pero nada le sirve (cualquier parecido con mi realidad es mera coincidencia) y al final el chico se suicida por la intolerancia, opresión y rechazo social y familiar al que llega (claro, también se enamora por primera vez y tiene una decepción terrible). El chico no sólo es guapísimo… quizá no sea un gran actor (debo aceptarlo) pero me flechó con ésta su última película... que bueno, no ha hecho muchas últimamente, si buscan más cosas de él encontrarán que tiene carrera como infante, salió en más pelis cuando era un nene (que igual re lindo pues) ahora sale en "Ben 10" la película o algo así, que les aseguro un día de estos me quedaré viéndola sólo por él. Como muy bien dice mi amiga Liana: Lo que haces por algunos hombres (y ella se refería a los que frecuento a diario).

Que tengan un hermoso día, noche, semana, mes o hasta cuando se pueda atraer lo hermoso y tenerlo cautivo en nuestras vidas, ¿no es eso acaso delicioso?

Por cierto, hoy me puse, al fin, a terminar la entrada de "La campana..." bajo la voz de Shirley mi love como música de fondo.


























martes, 4 de enero de 2011

Los chicos de mi vida # 7 Rupert Grint

Bueno, bueno, no crean que me he olvidado de los chicos de mi vida =P JO!, ¿cómo olvidarlos? Digamos que por cuestión de tiempo, ánimo y otras cuestiones no seguí la lista hace un par de meses, pero aquí la continúo y la terminaré antes de febrero lo prometoooo.

Mientras tanto mañana o pasado inicio la "nueva" etapa, temporada o como quieran llamarle, de "La campana de cristal", Leonard se nos va, se nos va, se fue, y muchos dirán ¡qué bien! ni digan que no, yo sé muy bien quiénes son y hasta los que desean que Leonard termine como Rachel McAdams de "Mean Girls" jajajajaja quizá pase, no lo sé.

Ahora sí su vida se encuentra muy desligada de la mía aunque tengamos muchas similitudes, y también voy a gozarlo aunque muchos otros crean que es una especie de "Gossip girl" jajajaja ya saben queridos, todos bonitos, todos blanquitos, todos intelectuales y europeos jajajajaja y a burlarnos de ello, para los que no lo entiendan pues ni modo, a leer a Edith Wharton, Jane Austen, Virginia Woolf, Charlotte Brontë, William Makepeace Thackeray, William Somerset Maugham, Henry James, Evelyn Waugh, Simone de Beauvoir y todas esas sátiras hacia la alta sociedad, donde ¡Ay no! todos también son blanquitos, bonitos, europeos e intelectuales (bueno, la mayoría) iba a poner a Rosario Castellanos, porque la verdad ella también es una escritora de punta, puntísima, que anota todas esas futilidades de la clase alta y media en México con un toque magnifico y satiriza muy bien el entorno social mexicano, pero pues quizá me tachaban de políticamente correcto. Sí, gozo de un perfecto sarcasmo en estas vacaciones =D


Pero la verdad, sin sarcásmo, se debe reconocer entre el homenaje y la sátira, siempre me he dedicado a satirizar a la sociedad del arte tan snob como burguesa y en esta ocasión no será la excepción, tanto que si se puede me llevo a Leonard de viaje, y como dice mi amiga Ana, "A tanto llega el fetichismo de Lucio que se va a ir como Carrie Bradshaw en 'Sex and the city' a París en su última temporada" y bueno, eso dentro de mi trama snob servirá para darle gusto a los detractores de mis escritos y obra (en general) un regalito.

Pero bueno, la entrada era... ¿de qué?




¡Rupert Grint!: Bueno, éste no tiene justificación alguna. Casi siempre le hace en el cine de niño lindo, asustadizo e inseguro. Es muuuuy pero muuuuy atractivo pero seamos honestos, no es sexy dentro de una mmm ¿especie? de prototipo, es lindo. Mi hermana sostiene que me gustan los "niños lindos" y tengo problemas con eso de ser rescatista con los hombres, "Te da ganas de cobijarlos", dice ella; lo que explica muy bien mi última atracción que, para mi amiga Liana, el chico en cuestión siempre se le hará un chiste y no entiende por qué me gustó tanto. Le dije a Liana que tenía mucho que ver con esa facha de niño lindo. Pues bien, lo mismo me pasa con Rupert.
Todos lo conocen como Ron en la serie de “Harry Potter” y la verdad siempre lo he preferido a él antes que al protagonista (en las pelis, en los libros... no). Me encantó en “Driving Lessons”, su personaje pertenece a una familia cristiana y muy conservadora, bastante conservador también él y sumamente reprimido, al avance de todo aprende a soltarse. Después lo vi en "Cherrybomb" que tiene tanto de la serie británica "Skins" que hasta parece la película de la serie. En la peli Rupert le hace de niño bien que quiere romper con los estatutos sociales que le sujetan, quiere ser el "niño malo", la peli me gustó. Bueno pues, lo amo y ya, y claro, digo que es lindo, pero ya quisiera tener yo un pelo de lindo o sexy como él jajajajaja después de esta navidad que me he puesto como vaca.

Un beso a todos.



































lunes, 3 de enero de 2011

Noticias del imperio #1

LO MEJOR DE LA SEMANA: "Persona" de Bergman.


Podría, habría, debería Jo, jo, jo estar viendo películas, la verdad es que todo iba muy bien, pero se me atravesaron más salidas de lo que planeaba, así que he estado en casa muy poco tiempo y ya muy noche (o algo noche), por lo que apenas he llegado el número 7 de mi listado y ahí les va mis muy parcas opiniones.

1.- "Single Man" de Tom Frod: Siendo poco profesional (en eso de dar mi opinión crítica sobre el cine… jajajajaja bueno, es que antes lo hacía de modo formal) diré que es una peli para jotas con mucha clase (JA! Y ya quiero incluirme en ello). El filme es una muestra de buen gusto en cada plano, la fotografía de Eduard Grau es una delicia, tanto que por un momento dejé de ponerle atención a lo que decía el protagonista para darme un agasajo visual. Es preciosista, dictada para los estetas, pero no cualquiera, sino una jota esteta. La historia pretende ser poderosa y tocar las fibras más profundas del espectador, pero no lo logra, Colin Firth se lleva las palmas con su actuación y Julianne Moore está de soporte meramente actoral. No me decepcionó, despertó en mí cierta ansia y temor al ver la vida del protagonista trunca después de la muerte de su pareja (con quién pasó 16 años!!!!). Pero por otro lado falla en la trama, que ciertamente parece un pretexto para el despliegue visual, le falta mayor intensidad. Sin embargo no se la pueden perder si son jotas que presienten tener mucha clase… y si no lo son, pues también JO!
Mi escena favorita es cuando ellos están leyendo acompañados en un sofá (de la, claro, lujosísima casa donde habitan) el protagonista lee “La metamorfosis” de Kafka, mientras su sexy, inteligente y encantador acompañante lee “Desayuno en Tiffany's” del maestro Capote. Adorable, quiero una escena así en mi vida, claro, en mi vida será más como: Él leyendo "La edad de la razón" de Sartre y yo "La edad de la inocendia" de Wharton, ¿dónde está mi hombre para leer en el sillón? =P

ESCENA FAVORITA DE LA SEMANA: "Single man" de Tom Ford


2.- "The kids are all right" de Lisa Cholenko: La amé, la amé, la amé! Diré que si usted está cansado de las películas sobre la homosexualidad tan livianas e insípidas como una oblea por su supuesto erotismo o comicidad, o en su defecto, tan densas, fatalistas y (por qué no, hasta yo estoy cansado de ello) feministas lesbianas y jotas frustradas… can, chan chan! ESTA ES SU PELÍCULA. Es inteligente, cautelosa, no roza la comedia fácil ni el melodrama, se toma en serio pero no tanto, sólo lo suficiente. Es complicada dentro de su sencillez, logra una naturalidad, sí, JODER, naturalidad, mátame Foucault, pero cuando veo películas como estas pienso que las películas sobre tramas gays no tendrían que ser un cúmulo de preocupaciones dialécticas y posturas políticas, se es gay, se decide tener una familia y prosperar ¿Qué no ya es lo suficientemente difícil como para que me metan filosofía de la élite? Al carajo con ello. La película me sacó más de una risotada y te estremece en más de un instante. Las actuaciones son buenas sin más, nadie resalta, existe una simbiosis en el reparto que hace más fácil el fluir de la trama. Julianne Moore ya nos debía un papel como este, Annette Bening también, ya ansiaba verla en acción.
¡Adoro cuando están viendo porno gay! Y la “aparente” explicación que le dan a su hijo las protagonistas para ver porno gay. También amo que Julianne Moore grite, soy adicto a ello.

3.- "Brideshead Revisited" de Julian Jarrold: ¿Qué puedo decir de ella? Es la que más me ha gustado de todas las que he visto (no por ello es la mejor, debo admitir). La película una joya visual, tiene todo lo que una película de época debe tener, no le falta nada al respecto, vestuario, localidades, ambientación, maquillaje, fotografía de Jess Hall, un orgasmo visual pues. En cuanto a la historia debo afirmar es un aparente melodrama de la alta sociedad, pero no se confundan, es más que nada una historia contenida, elegante, con una resolución delicada pero intensa cuando se le analiza. Es el poder de la educación sobre todas las cosas. La educación moral, religiosa y maternal (por eso me ajusta, yo que siempre le voy adjudicando todo al modo en que nos educan y educamos). Aquí el personaje más destacado es Sebastian (interpretado por Ben Whishaw, el protagonista de la fallida “El perfume”) que abre paso a la homosexualidad frente al mecanismo de culpa católico. Emma Thompson hace un papel sereno, pero es que esa mujer hace cualquier papel dormida y yo se lo creo. Tiene una hermosa música de Adrian Johnston; Michale Gambon sale de refilón para dar renombre a la película (y también talento, no lo niego, estos son sus papeles, no los de Dumbledore). El problema de la película es que casi en su tramo final decae un poco, sobre todo por su duración que excede por 15 minutos las dos horas, es poco pero le pesa. Esta no pueden perdérsela, más si les gustan los dramas de la alta sociedad. Si queridos, soy un fantasioso esnob, pero eso es un tema de sobra tocado.

LO QUE MÁS ME GUSTÓ DE LA SEMANA: "Brideshead Revisited" de Julian Jarrold


4.- "Kick Ass" de Matthew Vaughn: Me pareció un fallo casi total. Lo siento, sé a muchos les encanta, pero a mi parecer se quedó a medias tintas, es más, ni a medias, ni a un cuarto, quizá a un quinto de tinta. El inicio es estupendo, la conjunción de comedia negra juvenil centrada en los superhéroes es fresco por lo mordaz, pero al paso del metraje la película pierde rumbo y toma por modus vivendi una razón nacida del cliché. La resolución se encuentra llena de escenas de acción y chorreante hemoglobina, bien por ello, pero pensé sería una película de mayor seso, eso y que tiene cierto mensaje algo arriesgado sobre la violencia… tiene algo cuestionable (muy cuestionable) por ahí. Requiere una mayor concientización de lo que está pasando en pantalla. Ni modo, para mí prometía… y mucho.

5.- "Chloe" de Atom Egoyan: Ay caray, otra con Julianne Moore. La película, ay, ay, ay. No sé qué es peor, que la película es mala y sólo sale a flote por sus actores, o que me gustara sólo por las actuaciones y la elegancia de la dirección. Egoyan es un hombre con estilo, esta película, aunque de encargo, le sale bien. Sabe dirigir a sus actores, montar escenas arriesgadas (ojo, una escena de sexo erótica, provocativa y elegante sale en pantalla) pero me da hastío que sea una película moralina de fácil resolución con tintes homofóbicos. Sí, en esta semana me di cuenta que, aunque no lo quiera, tengo posiciones muy fuertes frente al cine y ni modo, aunque me canse de ello, aunque me caiga gordo yo mismo con esas posesotas sociales y cuasi feministas aún cuando sea una peli meramente palomera. Pero es que esta película elegante en su factura (dentro de su primera mitad), se convierte en una cosa vulgar y moralina en su parte final. Ni modo, lo facilón no me pasa. Véanla por Julianne Moore, bella en cada plano, una buena actuación, Liam Nesson está de cartón y Amanda Seyfried saca la garra, esta chica va creciendo, será cosa de tenerla a la vista.

6.- "Oveja Negra" de Humberto Hinojosa: Es una prueba de que el cine mexicano puede tener operas primas sin tener ínfulas grandilocuentes o caer en el cliché de la vulgaridad. Pues sí, fue una grata sorpresa. Es amena, a momentos divertida, bien filmada, tiene uno que otro problema con el sonido en algunas escenas pero no le pide nada a otras películas de mayor presupuesto. Menos es más. Actuaciones muy naturales, diálogos sinceros y sencillos, algunos rasgos de los antagónicos caen en la caricatura pero se perdonan… pero… claro, no todo es perfecto. El final no me convenció, tanto que me estaba tomando en serio la película para que salga con ese final, aunque, si se le piensa, la película no está para tomársele en serio, sino para gozarla. Véanla.

7.- "Persona" de Bergman: No he visto mucho del maestro del cine. Tengo, al menos, otras cuatro películas cerraditas en el librero… las compré para verme intelectual pero nunca las vi JA!, no, la verdad es que no las he visto porque para mí ver películas de 3 horas es un lujo que ya casi no me doy, no tengo el tiempo, y precisamente esas películas de Bergman duran tres o poco menos de las tres horas. En fin, el hombre me hace sentir un estúpido cada vez que veo sus películas. Veo una y otra y digo, “Ahora sí estoy al nivel para comprenderlo” pero la verdad es que no. Quizá Kieslowski me sea fácil, Tarkovsky denso pero le capto, Fellini adorable dentro de sus estatutos y bueno, son los genios que me vienen a la cabeza. Con “Persona” Bergman me deja con la sensación de haber visto buen cine, tan bueno que mi cerebro seguro le da una interpretación completamente errada a la cinta (Como cuando vi “Gritos y susurros”) es del cine que estudio y leo después de verlo, pues sí, soy una bestia. Sólo espero que cuando la vuelva a ver o estudie la película, me diga a mí mismo: Bueno, al menos no estaba tan mal. Eso sí, respira cine por los cuatro costados.



JO!, eso ha sido todo, vi otro par de películas de “suspenso” algo mochas (esas las agarré en el sistema ya iniciadas) una fue “Amanecer de los muertos” de Zack Snyder, que la verdad me decepcionó y tenía muchas ganas de verla, el Snyder sabe dar pelis palomeras de buen entretenimiento, y esta fue ligera, acnéica e imberbe, que ni qué. Pero se puso peor la cosa, vi “P2”de Franck Khalfoun, pfff semejante bodrio, hace tiempo me dije a mí mismo que dejaría de someterme a películas con guiones de terror y suspenso bastante obtusos de corta duración y carentes de ideas.



LO PEOR DE LA SEMANA: "P2" de Francj Khalfoun.



Mañana sigo con el itinerario, mañana que no salgo de casa (Al fin, casa!!!!) se agregaron a la lista “Superbad” y la aclamada “El hombre de al lado”. Cada día me doy cuenta que no lograré mi objetivo, pero me doy por bien servido ver, compartir y gozar.

Un beso a todos. Sí… sigo condenadamente feliz.