sábado, 31 de diciembre de 2011

A poco de...



Apenas volví a ver "Black Swan" y la verdad me trajo muchos recuerdos. Lo que pasa conmigo es que conecto directamente el cine a ciertas etapas de mi vida, y si alguna peli marcó este 2011 fue "Black Swan".

Recuerdo que una mañana algo fría, salí del departamento del francesito con el que follaba, y ahí estaban, carteles por toda Valencia del Cisne Negro. Me dio mucha gracia y felicidad. No sé, sentí que "lo había logrado", separarme de todo lo que detestaba y allegarme a lo que en ese momento necesitaba: libertad, sexo, cine, alcohol en una ciudad distinta.

Podrá sonar segado, pero los mejores seis meses de lo que va de mi vida los he pasado en España, y no sólo porque Valencia fuera una ciudad hermosa y toda la libertad que conllevaba. Sino porque me sentía sin pasado, sin futuro, sin nada que me atara. El sueño predilecto.

No me importa tener que trabajar mucho para lograrlo, pero quiero irme de aquí, volver a huir, y si se puede, de forma definitiva. Yo, tan preocupado por la técnica, como Nina, la protagonista de la película, era un cobarde, ahora que me permito pensar un poco más allá, ¿volveré a escapar?

Suspiro, de anhelo, esperanza, suspiro porque no tengo ni idea de lo que pasará este año, suspiro al recordar este año en el que me pasaron tantas cosas.

Feliz fin e inicio de año a todos mis queridos que pasen por aquí.



viernes, 23 de diciembre de 2011

Santa No... mi novio SÍ!


Hace poco me llegó un paquete por correo =D es de mi novio y me temo que tendré que seguir las indicaciones... =P muero de ganas.

Es un amor, ¿no lo creen? Yo... un desastre...

domingo, 18 de diciembre de 2011

Jotas

Jotas... la verdad entre más conozco más me aburren, sí, soy una perra exigente, como dice mi querida Ixshel: Eres como Alice (de Closer), les dices, me gustas... pero al final me aburres.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Pero... te amo


Léa lo besó de tal modo que se separaron ebrios, ensordecidos, jadeando, temblando como si acabaran de pelearse... Léa se puso de pie otra vez delante de él, que no se había movido y seguía tendido en el fondo del sillón y ella lo retaba con voz baja: "¿Qué? Qué...", y esperaba que la insultara. Pero Cherí le tendió los brazos, abrió sus bellas manos inseguras, echó hacia atrás la cabeza herida y mostró entre sus pestañas la doble centella de dos lágrimas mientras musitaba palabras, lamentos, todo un canto animal y enamorado en le que ella distinguía su nombre, entre suspiros y "querida", y "ven", y "no te dejaré nunca...", un canto que la mujer escuchaba inclinada sobre él, llena de ansiedad, como si le hubiera hecho, sin querer, mucho daño.

Fragmento de la novela "Cherí" de Colette.


Hoy me di cuenta que estoy enamorado de un hombre que no me entiende y que no le interesa hacerlo.

martes, 6 de diciembre de 2011

Lo que hay que ver...

Hoy fue, en gran manera, un buen día dentro de lo que podía esperar. Asistí a una entrevista/conferencia con el director de cine John Cameron Mitchell vía Internet. Me colé en una clase, bueno me invitó el profesor y querido amigo, y la verdad es que Cameron Mitchell es una persona muy honesta, si su obra ya me había enamorado, ahora con sus palabras lo estoy aún más.
Me hizo sentir a primera instancia inútil, viejo, acabado. Efectivamente por mis altibajos y mi constante estado de frustración frente a mi trabajo. Pero después me incitó incluso a escribir, sus palabras fueron bálsamo para todas estas heridas que vengo cargando desde hace un par de meses.

La verdad sigo queriendo huir. No sé a donde, se me antoja que será a la literatura. Tanto lectura como escritura. Suele pasar que esta época navideña no me agrada (me ahorro los detalles) pero lo que sí me gusta es ese tiempo libre para tener un libro en el regazo, sentarme frente al fresquito invernal brindado por la ventana, tomar café o té. No sé lo que leeré, pero ya empecé a comprar (más, más, más siempre) más libros, como si no me bastaran, y así acrecentar mi colección. Las compras siempre han sido un antidepresivo.



Me sigue preocupando mi estabilidad emocional. Hoy, fuera porque dormí poco y tomé mucho café, estuve algo nervioso, con ganas de ponerme a llorar en cualquier instante. Soy un cúmulo de emociones.

¿Y saben qué más? Desde hace un tiempo que deseo tatuarme el símbolo (o distintivo, o como se llame) de la editorial BRUGUERA, sí, el gatito, tan sofisticado él, ¿la razón? Me gusta, no, no tengo ninguna inclinación por los gatos (es más, soy alérgico), la editorial, aunque una de mis favoritas, no tiene gran peso en mi historia como lector y creador. Me gusta el gatito y ya. También quiero hacerme una perforación, quiero un arete en el lóbulo de la oreja derecha, quiero decolorarme el cabello y ser un rubio seco, seco, o en su defecto pintármelo de color azul obscuro, que se apreciara bajo el sol.

Pero no creo hacer nada de eso, no por ahora, no mientras viva bajo este techo y quizá, mientras vea a las mismas personas.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Melancholia

Curioso, hace poco más de dos semanas vi "Melancholia" de Lars von Trier. Me pareció muy buena, tanto en la fotografía como el guión, forma y contenido se mezclan para dar a luz una obra tenue pero depresiva, también hipnótica pero horrible, tanta belleza evocando un sentimiento no tan solo pesaroso, sino también conocido.

Digo que es curioso porque a pesar de aceptar que es una buena película y que me gustó (así, más allá de la objetividad, puedo decir que me gustó, con todo lo subjetivo) al finalizar el visionado pensé que le faltaba garra, fuerza, más ¿depresión? Ahí lo curioso.

Hoy me descubrí deprimido, es un hecho, es inamovible, es... la melancolía. Curioso que me pase ahora, que cada vez que piense y recuerde la película me diga a mí mismo "pero sí, así estoy ahora, así estuve hace unos meses atrás, así, así me sentí años atrás, así puedo llegar a sentirme muchas veces". Creo yo, cualquiera que haya estado deprimido puede saber por lo que el personaje de Justine (muy bien bordado por Kirsten Dunst) está pasando. Y no es que desee darme auges telenovelescos de "mi vida es un asco y todo está mal", no, la melancolía no es así, sencillamente te da y punto, no hay más. La depresión... bueno quizá no sé ni lo que tengo.



Tal vez no estoy deprimido, quizá un poco triste. Depresiones fuertes he tenido durante toda mi vida y esta no se asemeja a ninguna de ellas, esto es más ligero, más hipnótico, pero como el frío, se me cuela lentamente por los huesos hasta dejarme helado. No, no estoy un poco triste, estoy muy triste.

Puede ser porque hoy me di cuenta de varias diferencias con mi novio, no es que las ignorara del todo, pero ahora las siento fehacientes, palpables, "discutí" con él... ¿discutí? Más bien fue un intercambio de ideas y diferencias algo trunco, pero una discusión con todas sus letras no fue.

Después tuve que asistir a una fiesta de mi prima donde lo pasé mal, muy mal. Comida familiar, típica costumbre, típico rito social, yo deseaba salir de ahí cuanto antes, igual que Justine en la película, no encontraba el modo de disimular que "estaba bien". Sí, coquetee con la idea de dejar a mi novio, de perderme otra vez en la escritura deprimiéndome aún más, leer para navidad en mi habitación propia, olvidarme de todo y de todos, aceptar y decir (al igual que Justine) que la humanidad no vale nada, que merece morir, o mejor dicho, que ya hace mucho tiempo que lleva muerta.

Pensé en huir, ¿pero a dónde?, sin dinero, sin una carrera terminada, sin nadie que me reciba en otro lado. Pensé en la muerte. Pensé en Nicole Kidman y su personaje de Virginia Woolf en "Las horas" diciendo "¿Es verdad que con la muerte se acaba todo?", ¿es verdad? Pensé en mi amiga Aneta diciéndome "Entonces cuando cobran conciencia lo único que quieren es morir". Pensé en llorar, pero en ese instante, con todos sonriendo y a la vez ignorándome, sin pertenecer a ese mundo de charlas sobre celulares, chistes homófobos y adoración al Creador del universo, Señor o Dios todo poderoso. Sin ser parte de ello, me era imposible siquiera soltar una lágrima. No tenía escapatoria más que esperar...



No sé por qué al llegar a casa no pude llorar. Me puse a ver videos en el You Tube para ver si así, con cosas blandas me alegraba un poco, pero al menor descuido estaba viendo clips de "Las horas" y textos sobre la película de Lars von Trier. No sé a quién culpar, ¿a Lars von Trier por filmar una hermosa película que enmarca cosas horribles?, ¿a Amira, mi profesora, por ponernos esa película en clase?, ¿a mi mismo por engañarme con mi novio, mi familia? Me siento inadecuado, que no pertenezco a este mundo, que me la paso pensando en cosas innecesarias por recalcitrantes e intransigentes. "Pero soy joven", me digo, "Y al serlo creo tengo derecho a tener a esta edad, aunque sea un poco en este momento, ideales". Posiblemente me engañe.

Es fin de semestre, posiblemente eso me esta afectando. También no fue un semestre bueno y es mi último con clases, el siguiente lo dedicaré enteramente al servicio social, y aunque quizá tome algunas materias, no serán mi prioridad.

Puede ser que tan sólo necesite dormir, pero tengo tanto por escribir, igual me iré a la cama.

Lo más curioso es que a esta depresión que tengo también le falta garra, pero temo que se ponga más fuerte, no sé si podré soportarlo.