jueves, 28 de marzo de 2013

Putas, putas, putas...

... y entonces la puta me tomó del cabello para lanzarme fuera de ahí, de su círculo de transexuales vestidas con, seguro, un presupuesto menor al salario mínimo. Todo el dinero, pensé, se lo gastan en hormonas.

Eso pasó hace un par de semanas en una fiesta. No importa cuánto escriba o lea sobre putas, siempre me toman desprevenido cuando convivo con ellas.

Son las tres de las madrugada, han pasado tres cafés por aquí y sigo sin bañarme, ¿habré ya transpirado todo el café?, estoy sepultado entre tarjetas de películas sobre prostitutas y convocatorias del FONCA. "Seguro no ganaré ningún apoyo", pienso, "seguro hasta aquí llegué...", asevero.

Ya casi más de un año con el tema, leyendo y paladeando, igual sigo sin entender nada sobre putas. Sin trabajo, con diez kilos más y un novio que me ama, siento que la única oportunidad que tengo es emular alguna comedia de Bridget Jones o Debra Messing, yo que deseo despuntar como Viginie Despentes termino algo melancólico escuchando, por primera vez, "Titanium"de David Guetta sólo porque mi novio me dijo que es la canción que escucha cuando se enfada conmigo, de mi parte no escucho nada cuando... bueno, es que nunca me he enfadado con él. Es imposible porque es demasiado dulce, noble y encantador.

"Titanium"... ¿cómo es que nunca la había escuchando antes?, es taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan chiclosa, no diré más.

No quiero dormir. Pero si no lo hago, mañana no podré con mi alma.

domingo, 10 de marzo de 2013

Nada

Siento que nada valen mis escritos.
Que hago absolutamente nada.
Que duermo, pero descanso poco o nada.
Leo menos, queda nada.
Mucho cine, siento mucho, enfatizo en nada.
Yo cocino
     organizo
     juego a la ama de casa
     me convierto en el ángel del hogar
     escucho música mientras me arrodillo para limpiar
     corrijo textos
     publico textos
     doy solicitudes de empleo
     planeo piezas
     planeo mis proyectos
                                       

Y todo para nada.

Esto no es un mal viaje, ni un reproche, sólo que vuelvo lentamente a la nada, la edad del vacío.

Nada importa, dicen... pero eso no es cierto, sólo me falta impregnar las cosas de algo.