sábado, 30 de abril de 2011

España

España, Valencia, si les han concedido el matrimonio gay, si les han dado la brecha de liberación gay, si tienen tan buenos filósofos en su nación, ¿por qué DIOS, POR QUE?!!!! (sí, me sale lo cristiano aquí jajajajaja) ¿porqué me topo con pura gente en el armario, temerosa, que cree que la visibilidad gay es decir con quién follas? No lo entienden, no entienden nada y les gusta su posición egocéntrica.

"No me importa", me dicen "Vivo el día a día, no es que luche para dejarles un mejor mundo a mis hijos... espera, no tendré hijos". ¿Para qué? me digo, ¿peleamos por estos pusilánimes? No puedo creer toda la gente que ha muerto en esta lucha, los que murieron al ser asesinados por la homofobia de sus vecinos, los que siguen muriendo en otros países por la intolerancia, los que viven en el silencio por el miedo, los que no fueron atendidos al tener VIH, toda esa generación que falleció sin remedio, los chicos que se suicidan por la falta de aceptación, los que recibimos ofensas en la calle, los que charlamos, debatimos, creamos, pensamos, ocasionalmente hasta rogamos y aquí, España, algunos españoles, se pavonean en su "día a día" viviendo de la forma más frívola, de esa forma que muchos militantes pelearon para que estos pusilánimes tengan la tranquilidad que hoy tienen.

Me enfada, y bastante, ver que Valencia es un gran armario de caoba. Los gays se reúnen en lugares selectos con gente selecta de ropas selectas, se hacen los ghettos, no ves chicos besarse en la calle, y sólo he tenido la fortuna de presenciar a dos parejas (una de ellas en la feria del libro, donde la gente es "culta y abierta" por no decir que es "políticamente correcta"). Me encuentro decepcionado por la gente de aquí, no todo es miseria, ya voy por mi segundo intento de relación aquí. Primero con un francés, ahora con un español, un hombre maravilloso pero también muy ocupado, que sin embargo no piensa igual que yo con respecto al movimiento gay.

Podría ser que américa es más abierta en ciertos aspectos, quizá sólo es una propaganda bastante estúpida y pienso que la gente allá es más abierta sólo porque yo me muevo en mis propios grupos de gente selecta de pensamiento selecto, el mundo del arte en México puede ser tan hermoso en ese aspecto, quizá aquí sólo busco en los lugares inadecuados, posiblemente aquí en Valencia me he hipersexualisado. Ayer en la fiesta de despedida de mi compañera de piso inglesa, esa mujer genial y loca hasta la médula, salió el tema de la religión: Mi amiga inglesa dijo que no era nada, mi amiga de República Checa dijo ser atea, su novio de Eslovaquia cree en una especie de Dios pero no dentro de unos lineamientos establecidos, mi amiga alemana cree que existe una energía que nos mueve; al final fue mi turno, y todos me vieron: Él cree en lo gay. Todos asintieron con una sonrisa. No me sentí mal, al contrario, fue algo maravilloso.

Ser gay es una postura social, política, cultura, cuasi religiosa. Las posiciones cuestan trabajo, el activismo también. No soy un gran activista, no tengo ni el derecho a ser llamado así, pero me agrada siempre hablar de lo poco que sé de la liberación homosexual y de nuestra tarea de visibilidad, "Que tengas suerte en homosexualisar al mundo", me dijo la otra vez un hombre que conocí, uno de 32 bastante a gusto en el armario, su tono era bastante irónico y de burla. "Y tú con tu vida dentro del armario de caoba lleno de negación social", le contesté. A él no le importó, él vive bien y se da la oportunidad de decirme que está aburrido.

Yo no puedo estar aburrido, eso lo dejé para el muchacho de quince y dieciséis años, ese chico ya murió (me gusta recapacitarlo en comparación con mi entrada anterior). No se puede estar aburrido con tantas cosas por hacer, no se puede caer en un infame sopor social de vivir el día a día, no se puede estar sólo "feliz" y "no molestar a nadie", la existencia de la homosexualidad cuestiona la existencia en sí misma, y todos esos gays metidos en el armario, no puedo más que decirles: ¡cobardes! No lo merecen, no merecen los privilegios que otros han conseguido para ustedes, para nosotros, para todos.

La vida es complicada, perdón, pero así es, y quien me venga con su filosofía de libro de autoayuda y superación personal (o negación personal) no sé en qué clase de mundo vive, pero igual se charla con ellos, porque los que peleamos por algo resulta ser que somos más maleables, cedemos y optamos por la diplomacia. Lo paradójico de las posturas.

martes, 26 de abril de 2011

¿Mi peli favorita?




No la veo desde hace dos años.




No la veo desde que pensé seriamente en suicidarme.




No la veo porque es triste pero me gusta tanto, es un canto a la vida y a la vez un himno a la muerte.




No la veo porque me recuerda mis logros y mis fracasos, de cuando tenía 16 años y quería devorarme el mundo pero cada vez me doy cuenta que me es imposible, sin embargo no me importa.




No la veo porque me recuerda la época donde podía escribir más de una crítica de cine a la semana y cuando me salía “el monólogo interno” sin pensarlo tanto. Me recuerda que fracasé como escritor en mi intento de primera novela.




No la veo porque me hace sentir demasiado, más de lo normal, y si en mí lo normal es que todo me duela, cuando veo la película todo me duele más, me gozo más, me sabe bien, me sabe mal.




Quiero verla porque me recuerda a las mañanas frescas, con rocío en las calles, de cuando tenía tantas ilusiones de ser escritor de novelas y teórico de cine.




Quiero volver a verla para darme cuenta que es la primera película homofila y cero misógina que me ha gustado, porque no me disgustaba que dos mujeres se amaran, se besaran y compartieran la cama, porque no sentía culpa, porque vi esta película antes de aferrarme tanto a mi religión.




Quiero volver a verla para recordarme por qué estoy estudiando arte, por qué me gusta tanto el cine, por qué decidí amar a Meryl Streep y seguir todas las películas de Julianne Moore.




Quiero volver a verla para ver si así regresa aquel Lucio que escribía realmente desde el corazón, el alama y la desesperación, y no este que habla más de la experiencia banal y frívola del momento.




Quiero verla para recordar mi primer encuentro con la mujer de mi vida… Virginia Woolf jajajajaja.




Quiero verla para inspirarme con la música de Philip Glass y regresar, regresar a esos momentos donde me la pasaba escribiendo, tirado en la cama, viajando en autobús, en automóvil, caminando por las calles, llorando ocasionalmente en algún rincón o sólo sintiéndome melancólico y quizá sacando una torpe sonrisa con la banda sonora de la película de fondo.




Voy a verla para darme cuenta de que he cambiado tanto.




Voy a verla para saber si aún me gusta tanto o sencillamente… me gusta más.




Voy a verla para recordarme que no me tiraré a un río, ni meteré la cabeza en el horno, ni me cortaré las venas, ni me meteré a una bañera, ni me iré a Nuestra Señora de París para darme un tiro en el pecho jajajajaja, y amar la vida, amarla más.




Voy a verla para reencontrarme un poco más cerca, un poco más frívolo y ver que aquel chico de 16 años era más íntegro y seguro que el joven de 22, pero también era uno mucho más prejuicioso, depresivo y siempre estaba aburrido.




Voy a verla para reavivar mi amor por Virginia Woolf, que ahora mi relación con ella parece más la de un matrimonio algo rutinario, pero cada vez que leo un libro de ella, me vuelve a conquistar.



Voy a verla para volver a sentir esa punzada de identificación homosexual, de “Yo soy… yo soy gay…” desde entonces debí saberlo, quizá desde que uno nace.




Voy a ver “Las Horas” de Stephen Daldry sencillamente porque me cambió la vida, ni modo, así fue, y la gente ni se imagina el impacto que tuvo en mí.








Este blog se hace cada vez más público y menos imposible. Ahora estoy más tranquilo.

lunes, 25 de abril de 2011

Mi peor pesadilla

Cansado de las palabras inútiles me refugio por el momento aquí en mi blog… aquí donde si bien siempre luzco estúpido y frívolo no me importa… ¿entonces por qué me interesa tanto la visión de mi trabajo? Me refiero a que yo escribo igual, aquí y allá, con el mismo desenfado, quizá con mayor soltura pero me refiero a que escribo lo que pienso, y ahora… ahora ¿qué pienso del cine que es misógino?, será después de todo que lo que más me frustra es que me doy cuenta que me gusta tanto “Las mujeres” de George Cukor, y que la película es un filme adoctrinante de “no seas una mujer orgullosa, pero no te fíes de tus amigas”… pero no, queridos, no, no hablaré de ese estudio que me viene torturando desde hace semanas y me digo, ¿qué diré, qué diré, qué diré? Y después… chaz!!! Esos seis mini ensayos para Escultura contemporánea y el otro que voy bordando para Cine de Vanguardias sobre “Belle de Jour”, ¿y yo?, sólo espero a que mi hombre me llame y entonces cuando lo hace me sale una sonrisa que no me puedo sacar durante horas.

Después me vuelvo a formular la obligación de los feministas de nuestro siglo, el siglo XXI (y lo
crean o no corrí al google para decirme, ¿estamos en el XXI?, ¿qué siglo es este?, estoy más nervioso que nunca), me estoy replanteando y diciendo: ¿No acaso los feministas del siglo XXI deberíamos reprobar películas como “The women” aunque sean brillantes, de buen ritmo, con buenas actuaciones y graciosas?, ¿no acaso los feministas del siglo XXI deberíamos prescindir de las llamadas de nuestros amantes (masculinos)?, ¿Por qué le soy fiel a un hombre con quien no he concretado una relación seria (pero que ya dijimos que vamos a sernos fieles)? Que de fiel no tengo ni un pelo, ya se me ofrece un español para tener sexo y yo de: No… no… no… pero ¿a qué hora tienes libre?... y después me voy a una discoteca gay y ya beso en la mejilla a un italiano y un argentino me ofrece tener un trío, pero va que me resisto para no serle infiel al hombre con el que me veo muy ocasionalmente pero que sin embargo me llama a diario, y DIOS! Si no me llama hago un escándalo y le digo “Pensé que me habías olvidado EH!”

¿Les ha pasado?, ¿se han despertado una mañana y han descubierto que son su peor pesadilla?... Esta semana santa tuvo poco de santa, más alcohol en mi vida no había ingerido (y de comida ni se diga), pero más allá de eso, después de los tres días de fiesta y el cuarto de vómito, desperté al quinto día con una idea clara en mi cabeza “Soy un fraude, soy un fracaso”, quizá soy muy crítico conmigo mismo pero me he convertido en todo lo que siempre critico:

-Fiestero cuasi alcohólico que si no bebe no se la pasa muy bien, y si se le pasa la mano con la bebida pues vomito un poco de más… y si sale a relucir un drama yo lloro como magdalena (bueno, van dos veces que suelto el llanto, pero ha sido cada escenita)

-Esperando a que el hombre al que quiero me llame y después de una larga espera de casi 24 horas, él dice “Bueno mi amor, nos vemos…” y yo me derrito en un suspiro. En pocas palabras: parece que he perdido mi autonomía.

-Escribo dos cuartillas y me bloqueo… después reviso las dos mismas cuartillas del trabajo y digo “mierda”, y después vuelvo a releerla y me doy cuenta que sólo una cuartilla vale la pena y que eso no me ayuda demasiado… porque… WOW tengo como 9 ensayos y sólo he terminado uno… del cual no estoy tan orgulloso, y me pregunto ¿dónde he estado?, ah! Sí, en un bar, en un café, ebrio por ahí o en casas ajenas y teniendo sexo… bla, bla…

-Soy el cliché de la jotona, ya en serio, ahora sí soy un gay de lo más banal (SIII MÁSS DE LO NORMAL!). Me visto bonito para ir a una discoteca y medio me chuleen un par de tipos que ni al caso, que para variar son lo peorcito del lugar (y eso que tengo pareja “estable” con la que he establecido serle fiel, ¿se dan cuenta de la similitud de estable y establecido?... y que arriba dije que no sé si es algo serio pero acabo de poner “estable”). Me doy asco la verdad, balancearme por esos lugares algo ebrio y que el buen mozo de la entrada sea déspota y todavía me pregunto en mi cabeza: ¿Por éstos luchamos cada día?, ¿por estos tipos tan perfumaditos y bonitos?, los teóricos, artistas, literatos, gente apasionada con algún tipo de visibilidad gay, que se devana los sesos… ¿luchamos para que la gente bonita de los antros/discotecas gays nos traten mal sólo porque somos feos? Y ADEMÁS ¿ellos qué hacen? Ah sí, verse bien en el ropero general de la entrada y preguntarte “¿Nombre… estás en la lista?, no, no estás en la lista… ah sí… estás en la oootra lista” -IGUAL ENTRO GRATIS Y ESTOY EN LA LISTA, NOOO?? IDIOTA!!!- Da ganas de gritarles en la cara. La verdad, cuando Paco Vidarte escribió “No te metas en sistemas que no te aceptan” no sólo se refería a la psicología made in Freud, o la iglesia, o los doctores homófobos, NO!, se refería también a que ciertos gays como yo, así, no guapos, sin mucho dinero para comprar ropita linda, sin músculos, no europeos de peinados extravagantes y que somos latinos sin ese caché de ser latinos “ardientes”, aunque sí queridos, YO tengo bronceado natural (cosa que aquí los europeos pagan tanto para que les hagan bronceados color anaranjado, si serán brutos pues)bueno, va que a esta ¿minoría? No encajamos en esas discotecas, ¿a quién engaño?, no es mi mundo… en México voy porque puedo bailar y me gusta hacerlo, pero aquí en España ni bailan.

-Después me siento a ver la segunda película de “Sex and the city” por segunda vez… y analizo: ya qué idiotez, ¿eran igual de idiotas al inicio de la serie?, después recapacito y digo: no, no… después vuelvo a recapacitar y me repito: bueno, te engañas, te gusta esta serie pero la verdad es que pasó su tiempo, ya ni es inteligente y mucho menos contestataria…

-Y al final entro en shock porque me gusta “The women” de Cukor y me doy cuenta que se encuentra sustentada en varias bases misóginas… no lo entiendo, no me entiendo, no me quiero entender, entre más me entiendo me asusto, y entre más veo mis influencias me asusto más.

Soy mi peor pesadilla. Sin reparo… por hoy. Me ducharé e iré a dormir. Fin del día.

lunes, 18 de abril de 2011

Después de Madrid

No tengo tantas ganas de escribir. Es uno de esos momentos donde se te mete una persona en la cabeza y sólo piensas en eso, de aquí, como las raíces del árbol, pienso en otras cosas y una cosa lleva a otra.


Estoy muy conforme con mi estancia en Valencia, feliz por mi nuevo amor que no sólo es guapo sino también muy inteligente, tanto que a momentos me siento como un estúpido a su lado, pero un estúpido muy feliz. Me encanta ser un poco más joven que él y ser fresco, chispeante, inexperto en algunas cosas, que me cante canciones por las noches y me diga cosas bellas, honestamente se me había olvidado como es que alguien te quisiera así, y él lo nota, que me cuesta trabajo fiarme de las personas, me dice "Debes quererte y dejar que te quieran", después se pierde en el frágil jugueteo con mi cabello.



Me agrada tanto mi compañera Amelia, la alemana en mi piso, me hace sentir que existe alguien aquí como de mi familia. Nos decimos muchas cosas y nadie juzga nada, ella es una bocanada de aire fresco.


Amé la visita furtiva de Anna, una chica inglesa que sabe tanto de Sylvia Plath como yo (o más), me ayudó en un mal momento, se sintió tan bien poder llorar con ella, llorar y que saliera todo. Adoro poder llorar en Valencia, por alguna razón me es más fácil hacerlo aquí que en México.


Amo a mis padres que me siguen apoyando, ayer que estaba en El Museo del Prado, casi lloro cuando estaba ahí frente a los Goya, porque yo estudiaba con mucha pasión a Goya hace cuatro años, porque hace dos hice una de mis típicas exposiciones donde hablé como dos horas sobre él, y claro, no sólo por los Goya sino el Prado en general, yo me decía que seguro jamás lo tocaría y estando ahí tuve que pellizcarme (aunque suene estúpido, pero por un momento pensé que no era real, que yo no estaba ahí en Madrid, en el Reina Sofía, en el Thyssen, que vería un Corot en vivo). Al estar ahí me di cuenta que no podría haberlo logrado sin mis padres, hace seis años mi papá me dijo "Tú deberías ser escritor, deberías ser crítico de cine", o cuando mi mamá me compró mi primer libro de Goya y Velázquez (y caray!, ver el Guernica y recordar cuando María Ezcurra me regañó por no saber quién era Picasso).



Es toda una vida, esto de la carrera y la licenciatura es un fino recorrido que se entrelaza fieramente con mis emociones. No lo voy a negar, he estado más inestable, tanto que ya casi todos aquí se han dado cuenta de que soy bipolar, un día Lucio es feliz, al otro se encuentra en pose de nostálgico... pero ¿saben? estos cuatro años han sido arduos, doloroso, febriles, llenos de gozo, de pavor, horror, inmensa felicidad, es verdad que pocas veces estoy estable, que en raras ocasiones puedo decir "Estoy bien sin mayor problema", porque la verdad mis cambios emocionales se han radicalizado aquí en Valencia (ya eran frecuentes en México, pero aquí han aumentado), y mi visión de México ha cambiado, me deprimo más cuando sé de las cosas que pasan allá, pero aún así tengo ganas de regresar, no ahora, pero lo defiendo, defiendo a mi país y jamás pensé que eso pasaría.

domingo, 10 de abril de 2011

...

ya, el mundo vale madres

martes, 5 de abril de 2011

Se complica más...

Otro hombre me quiere conocer... otro hombre con el que había quedado para una cita, pero por cosas del destino nunca salimos juntos y sólo charlamos por Internet, ahora desea tanto conocerme y yo estoy con otro... se juntan dos hombres, dos que me interesan de algún modo, pero que invariablemente sólo tengo oportunidad con uno de ellos, la razón es porque el otro, el nuevo, el que aún no conozco, está comprometido con alguien más, ¿para qué más problemas? Tengo un nuevo hombre que me atrae bastante, pero ahora llega otro más, tendré que decirle que no... o quizá sólo salga con él, que lo desea tanto, y... yo también deseo conocerlo.

Es complicado...

lunes, 4 de abril de 2011

Es complicado

Estoy esperando nuestra nueva cita… estoy pensando que me va a encantar, que la voy a gozar al máximo, pero también temo que me pueda doler… estoy creyendo firmemente que quizá, o me termino interesando enteramente por él, tenemos un romance y al final deberé dejarlo, o en su defecto me desilusiono de él antes de partir… no quería que pasara pero pasó (a quién engaño, sí quería que pasara) encontré alguien en España con quien puedo charlar sobre arte y filosofía, es simpático, modesto, atractivo, inteligente, pero tengo miedo. ¿Por qué temerle a una posible relación?