domingo, 2 de noviembre de 2014

Separar todo

Tengo una amiga en México que admiro mucho su capacidad para separar actividades y pensamientos, no sé si sea cuestión de prioridades, porque no lo es, sería más sencillo, tampoco puedo tener certeza en sus pensamientos.

Ella puede preocuparse muchísimo por la tesis, después ir a cocinar y dejarlo todo atrás, atrás en el aula de clase junto con las ambiciones de ser la gran investigadora que llegará a ser. Atrás con todas esas injusticias de los docentes. Y luego cocina para poner la ofrenda de muertos en su casa. Cocina como si no hubiera tesis por hacer o mañana que procurar, cocina, llora por los suyos, se embaraza, se casará, viaja con su novio, sonríe y tiene un rigor teórico sorprendente.

Yo soy débil y todo lo mezclo. Yo en mi debilidad no puedo dejar de pensar mientras cocino, mientras camino o mientras veo una película. Es hermoso llevar tu investigación contigo cuando te gusta tanto, pero los sueños también son pesadillas y te ahogas, salpicando a los que te rodean.

Me enfermé durante una semana porque sigo sin comprender a los 25 años que debo aprender a preocuparme menos.

También me pegó muchísimo no estar en noviembre en México, es mi mes favorito del año, el viento huele tan distinto en la ciudad donde vivo, tan ligero, fresco, me encanta abrir la ventana mientras trabajo en mi habitación. Aquí en Buenos Aires no huele igual, además vivo en el centro de la ciudad y todo es más sucio. La fantasía se opaca y me desanimo, sin embargo eso me lleva a pensar que a mi regreso todo irá bien. Extraño a mi familia, a mi novio, extraño todo.

Quiero aprender a separarlo todo.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Sueños

Recientemente recuerdo muy bien lo que sueño, todo es sumamente confuso y procuro no ligar las imágenes de forma lineal, aunque al final no hay manera, el pensamiento es cristiano, lineal, escatológico. Lo que quiero decir es que me es imposible caer en la trampa de una narración estructurada y "coherente", pero antes de que se evaporen mis sueños quiero ponerlos aquí.

Hace dos noches:

Estaba con Madonna (sí, la cantante) con su ropa del video "Celebration", estábamos en un desierto, ella de un lado de una malla ciclónica y yo del otro, alguien más nos acompañaba, ¿una chica? Yo no era yo, era alguien más que le explicaba sobre su gran poder como figura mediática, "¡Tú sí eres un icono pop!", le gritaba con felicidad. Ella y a mi amiga-acompañante nos invitaba a ir con su novia, la novia de Madonna.

Después yo era la novia de Madonna. Una mujer pelirroja enfundada en un gran vestido rojo óxido. Era Mylene Farmer, yo era Farmer, después volvía a verme (verla) desde lejos, era Farmer, era Báthory, era el Papa (cualquiera) y me (le) alzaban unas personas la capa enorme del vestido, larga, rojo óxido. Madonna la veía. A estas alturas no era Madonna, era una mujer rubia cualquiera. Farmer ahora protagonizaba todo.

Yo era ahora la novia de Farmer, veíamos cómo filmaba un video, "Je te rends ton amour" en un cuarto en medio del ¿desierto, del mar?, todo era azul, pero ella roja. Yo era roja. Era una sirena que debía enfrentarme a mi padre. Me encontraba en mar abierto, era de día y me inundaba ese azul que me estremece en las películas. Mar abierto, mar abierto, mar abierto.

Mi padre se acercaba en su barca, un pequeño barco que yo sabía era fantasma. ¡Cómo le temo al mar, cómo le temo a la inmensidad del mar abierto!, pero soy una sirena que debe enfrentar al pescador. Salto aún cuando creo que todo es una ilusión, salto con piernas que no deberían estar ahí. Me acerco a mi padre mientras unos pequeños tiburones me siguen.

El hombres no es mi padre (el de la vida real) pero sé que es mi padre, de algo, de todo. Logro quitarme a los tiburones de encima, subo a una plataforma que se encuentra en ese azul ahora oxidado, gris y él me dice: siempre has podido hacerlo, siempre has sido bueno, lo vas a lograr. Yo veo cómo los tiburones se retuercen en el hueco del mar que ¿abrí?, son tan pequeños, tan insignificantes.

Mi padre me lanza una medusa, me da miedo, me quemaré. La medusa se expande, se solidifica, es una mantarraya y me refugio en su interior. Sigo siendo una sirena que tiene piernas, que tiene aletas cuando le viene mejor y dentro de la mantarraya escucho a mi padre, al hombre aquel: ahora demuéstrales.

Y caigo en una piscina enorme rodeado de mis tías, mis primos (todos ellos familia de mi padre, el de la vida real, mi familia cristiana) y yo soy un ser híbrido, soy un pez, ¿soy una mujer? y tengo algas de colores en el cabello. Estoy riéndome como loca, una locura deliciosa, en verdad me siento feliz pero en ese momento pienso "voy a exagerarlo, voy a hacerlo más grande para que vean lo feliz que estoy" y después me doy cuenta que sé nadar y río cada vez más cerca. Me entra agua por la boca, por la nariz pero no siento dolor alguno... yo me dirigía ¿a dónde? no recuerdo más.

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Anoche:

Alguien, una mujer le enseña a un hombre una casa de campaña hecha con palos, ramas de un árbol, dentro de la casa hay una trampa para ¿osos? (de esas que se ven en las caricaturas con grandes dientes de metal). La mujer lo quema todo, le dice a Él que es peligroso, ahora sabe lo que Ella hace (otra mujer que no es esta, que no es la que quema la casa).

Ella, la otra mujer, es una cazadora de bestias y Él tiene que detenerla, porque no esta bien. Tiene que cazarla. Yo veo una película, Ella y Él son una película. Son la primera y la segunda parte de una trilogía, el cine ha avanzado tanto que dos películas se pueden ver al mismo tiempo. No sé explicarlo. Se pueden ver e interactúan.

No sé qué pasa, él la busca y la encuentra. Ambos tiene plumas enormes, plumas de pavo real como flechas. Las flechas, yo sé, yo veo, que las fabricó la madre de Ella para sedar a los animales y así facilitar sus estudios. La madre de Ella estudiaba a los animales, la hija los mata.

Se disparan mutuamente. Yo que veo las dos películas quiero que Ella lo mate. Pero a mi lado esta el hijo de ambos y me desilusiona ver que los dos mueren, Es muy doloroso. Me duele (a mí sí me causan dolor los sueños, supongo que a muchos les pasa igual) siento las plumas que me atraviesan y un veneno. Duermo, siento pena por el niño huérfano.

Y frente a mí la computadora, entro a FilmAffinity y veo que la tercera parte es sobre un trío, una mujer ridícula mueve las caderas en un salón de clase. Usa un vestido verde eléctrico y saca a dos hombres a bailar (dos personas que asumo son hombres), se pierde en el pasillo. Leo que la crítica la alabó y que era tan buena como la otra donde Ella y Él se mataban. Pienso que después puedo verla y que es una pena que Ella muriera, una pena que un arma echa para curar los matara.

Me despierto algo triste.  

viernes, 19 de septiembre de 2014

No hay

No hay ingenuidad en la lectura
No hay ingenuidad en los comentarios anónimos
No hay ingenuidad en las redes sociales
No seas un boludx queridx, yo lo sé todo desde aquí
Y tú no sabes nada más allá de lo que te dejo ver


jueves, 11 de septiembre de 2014

Despentes y yo

Hoy me quedé en casa a leer, me engañé y me hice creer que avanzaría en mi trabajo pero me enfrasqué en un libro de Virginie Despentes, "Lo bueno de verdad", y la verdad es que esta bueno el libro. Hace poco me leí de ella "Perras sabias" que me gustó pero no me encantó, no como el que ahora leo.

Me da una pequeña punzada de culpabilidad quedarme todo el día en el departamento leyendo, tomando café y mirando la ventana que no da hacia realmente nada interesante. Cuando me aburro miro pasar a los chicos y pienso qué será de su vida. Sí, solo veo hombres porque creo que quizá algo de mi libido despertará, pero no, sigue muerta.

También los libros de la Despentes me dejaron algo claro, que una parte de mí ya no quiere ser violentada por hombres, ni en lo emocional ni en lo anal. No quiero que un desconocido me la meta y me la saque sin mayor precaución, uno pierde el norte de cómo van las cosas con los hombres cuando tienes una relación estable. Nadie me la meterá con tanta consideración como mi novio, aunque suene moralino, la verdad es que a muchos solo les interesa utilizarme como objeto masturbatorio. 

Hace un mes me fui a un antro gay (aquí en Buenos Aires le dicen boliche, sabrá la cosa) y fue la primera vez en más de un año, quizá más, que tocaba nuevamente el jodido ambiente gay. Me sentí carne, ojos puestos en mí, de interés o desprecio, sin gran calado o como radiografía, nada especial pero ya lo había olvidado. Se olvidan tan rápido las carencias para moverse en ciertos ámbitos y lo cómodo también que te puedes llegar a sentir. Bailé con unos chicos chilenos que no tenían tantas ganas de gozarla, solo uno sabía moverse y al final los perdí al ir al baño. Fácil viene, fácil va.

Hoy mi compañero de posgrado, un peruano algo mala leche pero de personalidad interesante, me invitó al cine. No salí he hice limpieza de mi habitación, leí, tomé café, me masturbé y me relajó tanto y luego, ¿luego para qué viene a Buenos Aires?, creo que aún no lo sé, pero a estudiar no del todo, al menos no dentro de la universidad de la cual estoy aprendiendo más bien poco. 

En ocasiones cuando estoy aquí recuerdo a mi abuelo paterno: "¿qué vas a hacer allá, es como tomar el camino y ver a dónde te lleva? de eso no se trata" me dijo antes de partir. Y es que yo soy así, a ver a dónde me lleva el camino, si supiera el destino realmente no me animaría, así soy, cuando escribí ficción pensé que echarme una novela era cosa de pasión, ni idea de lo que hacía (ni de la trama que escribía), o cuando me ponía en la creación de piezas obsesivas en la escuela, lo único que me movía era el ímpetu, rara vez sabía a dónde llegaría. Con los textos de ensayo es lo mismo, al final siempre sale una pequeña hipótesis por ahí que me sorprende.

Lo mismo en España, pensé que sabía a dónde iba y todo se desvirtuó; en México cuando decidí dejar de salir con hombres apareció mi novio de la nada; cuando quise hacer mi tema de tesis igual me dejé llevar por la intensidad y el gusto así como el placer. A mí, si no lo disfruto o lo sufro, entonces no me sabe. Igual tampoco significa que sea aventurero.



Hoy supongo que debí aceptar la salida, ir al cine o al bar gay al que también me comentaron. Hoy no debí quedarme a leer aunque disfrutara tanto hacerlo y crea que la habitación es divina. Hoy no, porque ya me cansé incluso de mis compañeros de piso quejándose de la cocina, de la sala, de sus habitaciones, tantos pequeños terruños por ahí botados. A momentos me siento solo, pero después platico con la gente y deseo nuevamente la soledad.

También tengo días donde muero por salir con alguien, que va desde tener una amiga (sí, con esa A, con esa decisión de cuerpA hembrA), hasta de tener una cita con un chico y terminar en el besuqueo y las manos que se deslizan entre las ropas ajustadas. A lo primero estoy acostumbrado, a lo segundo también (con mi novio) pero ahora es más la búsqueda del subidón, las citas no solo pueden un desgaste emocional o el teatro de la personalidad, también son como una droga satisfactoria si tienes la suerte de encontrarte a alguien sencillo sin tanto rodeo. Y otros más donde solo quiero leer y leer, aunque no sea de la escuela, que me dan unas arcadas las lecturas de la escuela.   

jueves, 7 de agosto de 2014

Taconea desde Argentina

Supongo que el insomnio siempre lleva a los lugares perdidos del recuerdo y la recreación de la memoria. En mi caso me trajeron al blog... a los blogs, y no es que este se encuentre muy atrás en el tiempo, pero el otro, "La campana de cristal", tiene cosas que me hacen aún a la fecha destornillarme de la risa.

No creo que sea bueno regresar al "vómito", diría Onetti, aunque creo que él decía que los perros no vuelven a su vomito (creo que eso escribió alguna vez) y que por lo tanto él no regresaba a sus textos publicados. Pues pobre Onetti, no debió tener perro, porque sí que vuelven al vómito, o pobre de mi por tener tanta pereza y no buscar la frase original. El punto es que como buena perra que soy y más allá de Onetti, yo vuelvo a mi vómito de vez en vez, incluso hoy me dieron ganas de enviarle mensaje a mi primer ex-novio y saber cómo esta, disculparme por el drama y la confusión. Tener diecinueve años no me hacía para nada un ser muy pensante, me faltaba y me falta muchas cosas por vivir y por leer.

Mi blog "La campana de cristal" lo escribí cuando me pasaban cosas pero en sí no me pasaba nada. No sé realmente cómo explicarlo, supongo que era no solo la exageración y el deseo, sino también cierta realidad extra-dramatizada, sentía mucho en pequeñas acciones que lo detonaban todo. El blog lo inicié cuando recién estaba saliendo del closet, cuando tuve mi primer novio y mi primera ruptura, incluso por ahí mi ex dejó un comentario despectivo que me saca una sonrisa cada vez que lo leo, dice algo así: "Lucio, te están buscando en TVnotas". Me lo merecía, me metí con su vida y lo disfruté.

Muchas cosas ya no las disfruto, ya no me gusta escribir ficción, tampoco me sorprendo tan frecuentemente o creo que valga la pena documentarlo por escrito. Justo ahora estoy en Argentina y me han pasado cosas fantásticas, sin embargo ya no tengo ganas de relatarlas y exponerlas, las guardo para mí y mis amigos. Existen otras plataformas, el facebook y el pájaro azul, pero todo es breve e insustancial, además de controlado, sé que mi familia lo ve, mi novio lo ve, hasta mi casero y mis ex-profesores lo ven.

Aquí no lo ve todo el mundo, quizá algún ex, quizá alguien que se perdió en la web o un profesor sin escrúpulos. Aún así me gusta mucho el blog, sobre todo porque me cobija un poco cuando estoy solo.

Desde hace mucho tiempo que no estoy solo. Dejé de escribir cosas en mis blogs porque los acontecimientos pasaron, y lo digo con un poco de pedantería (lo sé) porque "La campana de cristal" sucedió, los extranjeros, las exposiciones, los tragos, el sexo, los besos, los chicos, la frustración por el arte, las enfermedades, la teoría, los amigos, las publicaciones, los viajes, el sexo otra vez, los libros, las salidas, las lágrimas, el vómito, el sexo una vez más, las nauseas, la habitación propia, la eterna depresión, todo sucedió, hasta las putas siguen pasando ahora.

En un giro inesperado escribí "La campana..." y después la viví. No sé si lo forcé, es probable, porque quería que pasara, y aunque no fue tan glamuroso, sí fue espectacular, y lo que sí me sorprende es que siga pasando.

Ahora me suceden más cosas de las que en su momento vivió Leonard, sobre todo en su eterna búsqueda del sexo y el amor. Muchas personas en su momento me hicieron muchos apuntes sobre la gran preocupación de Leonard por el sexo (y que su identidad se sujetaba a ello), pero ahora que lo leo recuerdo mi intención principal: hacer una parodia de "Sex and the city", algo imposible porque yo vivía (y sigo viviendo, salvo este breve momento en Buenos Aires) en una ciudad de provincia donde no pasaba nada y el ambiente gay se remite a salir a bailar en lugares snobs, ver "arte" en galerías de segunda y tener sexo. Un tiempo me llevé el blog a España y las cosas no cambiaron mucho.

Me sorprende el tiempo que dediqué a salir con hombres, coquetear y desnudarme frente a ellos, pero me hace feliz leerme hace un par de años y darme cuenta que cuando no lo tomaba con fatalidad al menos lo hacía con humor negro. Ahora aquí en Buenos Aires me invitan a salir y yo decido quedarme en casa a leer, quizá dentro de unos años me arrepienta, no siempre tendré 25, pero lo que siempre tendré es a mí mismo, y aunque se lee reiterativo, me ha costado un aproximado de seis años estar tranquilo con lo que voy siendo día a día, además de no deprimirme en cada instante.

Apenas inicia esta aventura en Buenos Aires, pero sobre todo, esto de trabajar como profesor, de ser investigador, de pelearme con las vacas sagradas de la filosofía, de publicar en revistas y de decirle NO a los círculos del arte de provincia, que no son más que eso, círculos que ruedan por sí solos en un espacio reducido. Estoy apenas iniciando mi primera relación longeva, la cual quiero que dure mucho más.

Soy joven y me han pasado muchas cosas, ¡TOMA ESA LEONARD! :)

sábado, 8 de marzo de 2014

Pornographer's Dream

Nota previa: me encontré este texto de hace unos meses (más de un año y medio, quizá dos años atrás) que quiero compartirles, ahora las cosas han cambiado con respecto al texto anterior donde abogo por no salir de casa mientras que en este busco una salida, la huida constante. Cambio de parámetros al paso de los años, así es esto.

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Recuerdo que la primea noche que pasé en mi departamento allá en España estaba ansioso por salir, tanto que no pude dormir, de hecho desde la primera noche que pasé en el hostal, pero me decía a mí mismo que debía organizar todo antes de conocer la ciudad, la gente, los chicos...

Suelo tener la misma sensación aquí en mi habitación en México. Tengo la pequeña noción de que afuera existen muchas cosas por conocer, pero tan ocupado me encuentro entre leer, escribir y hacer nada... que parece no tengo "el todo" organizado y sigo esperando la oportunidad para salir corriendo de aquí.

Más allá de la evidente razón de que ahora estoy en otro continente donde la vida se hace más "peligrosa" por las noches, y que claro, ocasionalmente le suspiro a la vida nocturna trasatlántica, no puedo dejar de preguntarme, ¿cuándo?, ¿cuándo?, ¡¿cuándo?!

¿No tienen momentos en las madrugadas donde les parece que la vida no ha despegado aún? Pues yo sí, quizá desde los quince años, tal vez antes. Esa sensación de que debo terminar algo, ya sea la escuela (secundaria, preparatoria, ahora universidad...), un proyecto (que si fue la crítica de cine, que si la novela, las piezas, los ensayos, los textos, ahora realmente no sé qué proyecto sea) para poder despegar apacible, es como si no encontrara un verdadero momento para ser y nada más.

Me faltan dos cosas obvias: Dinero y espacio, entiéndase lo último como físico y temporal.

Me agrada mucho lo que hago, adoro estudiar arte, pero al final me siento ligeramente vacío... estoy cansado de este limbo existencial que no me deja nada claro. ¿Me darán beca para el master?, ¿todos mis documentos estarán en linea?, ¿realmente quiero estudiar un master?, ¿y si fuera más fácil perderme?

Creo me falta alcholizarme solo, en mi habitación,

Mejor quedarse en casa

Mejor quedarse en casa
Mejor escuchar mi nuevo disco de Aimee Mann, ni tan nuevo, porque lo encontré en el centro de Cuernavaca, es el soundtrak de "Magnolia", es película esencial en mi adolescencia
Mejor no rentar habitaciones de hotel compartidas
Mejor no usar pantalones cortos de color blanco (mentira, ¡los amo!)
Mejor no saludar a mis ex-compañeros de iglesia cristiana
Mejor ver más películas de putas
Mejor no ver a escritores hipócritas
Mejor volver a mi ensayo sobre Gombrich
Mejor
Mejor


martes, 4 de marzo de 2014

La docencia, el arte, la investigación, los veinticinco años y las putas

Creo que me falta drogarme un poco, beber una cerveza bien fría, dejar de tomar café a cada rato y meterme una pastilla para el dolor... voy justo ahora por ella y de paso voy al baño y abro la ventana, ¡hace mucho calor!

Y volví. La ventana ya estaba abierta, la pastilla pertenecía a la colección personal de mi madre, quién me la ofreció al verme un poco adolorido y cansado, promete (la pastilla, según mi madre) darme un "levantón", hacerme sentir bien, no sé qué sea, alguna droga legal, nada serio.

Todo iba bien, después no tanto. Dar clases es una experiencia que no sé si soy afortunado al tenerla, no es lo mejor del mundo pararte frente a un grupo de chicos de dieciocho años (la mayoría soberbios, desinteresados, cínicos) y hablar sobre género, sexualidad, sobre discursos construidos, todo para que te contesten que le ser humano es "violento por naturaleza", para que te digan que es "lógico que un pene, en forma de palo, se inserte en una vagina que es receptora", o que "el arte no sirve para nada". Todas respuestas no desafortunadas, pero sí que reflejan algo... aunque no sé que sea, ciertamente a esta hora, con lo cansado que estoy, no me interesa mucho.

Su soberbia me sobrepasa, pero hoy me entregaron pequeños reportes de lectura sin argumentación, sin estructura, sin discurso, pero ellos sienten saberlo todo, es momento de cambiar de estrategia.

Como cambiar de estrategia frente a los sistemas burocráticos. El próximo viernes expongo en la galería de mi facultad de artes (ex-facultad... aunque en la maestría lo sigue siendo, entre otras cuestiones aún mas finas sobre lo burocrático). La cuestión radica en si se hace una inauguración el día de mañana, miércoles (dentro de unas horas, justo ahora ya es miércoles) o el viernes. La resolución fue (se murmura, se chismea, se dice, se dice...) que el miércoles será para los directivos y el viernes para los mortales, digo, para el público en general; que igual la galería no se puede inaugurar porque no se ha hecho lo mismo, como tal, con el edificio de la facultad de artes. Yo no sé nada, puro chisme. Problema mío también por no pedir información clara, por no pararme frente a los organizadores y preguntarles bien qué demonios está pasando, pero igual poco importa, entiendo bien que es un proceso de aprendizaje para mí, mientras que para la escuela y las oficinas administrativas no es más que un punto extra de exhibición política para decir, a modo de exposición: mira, estamos haciendo algo, y así.

Hasta ahora voy pensando que ni la docencia ni el exponer piezas me llevará, in extremis, o sea en términos finales, a un punto satisfactorio. Ya que al culminar con la clase, en esta ocasión, terminé con un vacío inmenso, al igual que al concluir el proceso de montaje, aunque me agrada mucho mi pieza y pienso que es un buen regreso a la creación, honestamente tampoco llega a nada. Me siento inmensamente triste de ver a gente tan talentosa devorada por el ego, y si les desagrado, ¿por qué no sencillamente son honestos? mucha mierda por ahí embarrada, como en los baños públicos, como en las galerías públicas, como en las escuelas públicas, mucha mierda, para bien, para mal (al cuadrado).

Por otro lado cumplí veinticinco años, nada nuevo, salvo el día de mi cumpleaños que me sentí muy bien, fue un momento temporalmente autónomo, una burbuja espacio-temporal, delicioso, despreocupado, hermosa compañía, buena comida y sexo fantástico, algunas cosas son básicas, no requieren grandes adjetivos o conceptos redundantes.

La maestría va bien... aburrida a momentos, con cuestiones básicas, con algunos compañeros apáticos pero que no pueden hacer un análisis visual de cualquier obra de arte. Estoy solo y abandonado en el retroceso académico, solo mi amigo Ch que también estudió arte comprende más o menos mis dilemas, sin embargo es una persona que ha optado, para bien, no frustrarse de más, yo no he optado por ello, yo sigo muriendo lento.

Y hoy tengo sueño, he iré a dormir, por primera vez en la semana, más de cuatro horas. Pero necesitaba escribir en algún sitio (ahora ningún espacio es seguro, ni este, ni ningún otro) aunque sea estúpido ponerlo en la web, donde todo se sabe, todo se ve... pero además, para mi alivio, a nadie le importa.

Igual, si hay alguien por allá, bueno, aquí las noticias del imperio.