martes, 29 de noviembre de 2011

Vanidad

Con eso del fin de semestre uno se intenta poner profundo... por eso, aquí en mi blog, me desfogo en plena vanidad. Fuera los proyectos, fuera los textos de ficción, fuera la teoría, fuera la práctica.

Apenas que estoy recopilando y buscando en mis fotos algo "antiguas" (o sea... de hace dos años) encontré esta foto que era, de entrada, para mi animación de "El tiempo perdido", pero no la usé, más que nada no usé la idea, preferí basarme únicamente en la cara, pero eso poco importa, lo que me sorprende que ese de la foto ya no soy yo, ni esa es mi panza ni tengo ya esa figura... la fotografía bien se podría llamar "Hace dos años y cinco kilos atrás".

La percepción del cuerpo.


lunes, 21 de noviembre de 2011

Mejor

Ya que se me ha bajado (¿o pasado?) el episodio depre, después de un fin de semana productivo haciendo cine, leyendo sobre las hermanas Brontë, paseando con mi hermana, charlando con mi novio y reacomodando cosas en la habitación propia (básicamente películas y libros), me remito a presumirles mis taza que compré en Valencia uno de los últimos días antes de partir. ¿No es acaso una tremenda coquetería?

Un beso y abrazo a todos los que pasen por estos rumbos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cenizas de luna


Hoy me siento muy triste, realmente triste. No sé ni la razón. Le doy mil vueltas a un par de ideas, después las dejo descansar, pero sin importar el tiempo que las deje ahí, solas, ellas a mí no me dan un sólo respiro.

No es bueno para mí escuchar las canciones añejas de Mylene Farmer. Me deprimen aún más, con todo este estilo ochentero, melena esponjada y letras tristes, tristes, sobre todo melancólicas. Esa mujer se ganó fama por tener un estilo bastante solvente en la música pero con un contenido pensante. Sus canciones son poemas y aunque sus últimos trabajos son extremadamente electro y más banales de lo común, conservan un poco de esa esencia.

Igual me remito a su primer disco con letras dedicadas a Edgar Allan Poe, Greta Garbo, la ansias de una juventud eterna, historias de mujeres caídas en tragedia y putas que se dicen libertinas por placer. Cenizas de luna.



sábado, 12 de noviembre de 2011

Ese de ahí no soy yo

En ocasiones creo que los seres humanos nos prohibimos ser honestos los unos con los otros. Podrá ser que desde mi regreso intento ser más transparente pero sufro un cruce de cables existencial bastante fuerte. Por un lado deseo, ansío ser más directo; por otra parte, aunque la gente que me conoce me cree un sarcástico agresivo, la verdad es que no puedo ser así con todas las personas, no se puede tener el mismo nivel de confianza, ¿por qué?, ¿por qué esté mundo con pinzas?


Mi sarcasmo y humor negro efectivamente sólo es entendido por mis seres más cercanos, mientras que con el resto, si lo expreso, se ofenden, si soy más honesto, se sienten agredidos. También no siempre puedo ponerme en posturas “serias” y recalcitrantes porque entonces se incurre en una intrusión social con las personas.


Me parece la sociedad desea ese arrullo cotidiano del “Buenos días, buenas tardes, buenas noches”, “Hola, adiós, ¿cómo estás?, bien… bonito, qué bien te ves… te ves cansado, ¡oh qué frío!, ¡calor que hace!”, etc. Frases prefabricadas para hacer la vida un poco más tranquila, transitable.


Me quedé pensando que quizá todos tenemos (o tuvimos) nuestras ideas tajantes, pensamientos que no compartimos con personas que incluso amamos a montones, pero al final sencillamente lo callamos para crear lo que me parece “una sobre-domesticación de lo cotidiano”. Nos gusta que nos ladren con elegancia, las sentencias de muerte se dicen con cierto tono edulcorado para quién las profiere no sea arremetido con sus propias palabras (más allá de la acción). Cuestión dentro de la manipulación del lenguaje oral, corporal, proxémico.


Incluso la crítica de arte, de cine, por más clara y honesta que se preste casi siempre será tomada de forma ofensiva. O por el otro lado, la producción de cine, este espacio donde se delega, se gestan proyectos, toman decisiones, se abofetea al equipo con quién se trabaja con mano firme pero sin malas intenciones, cuando se pide el patrocinio con toda la falsedad posible, aún cuando uno se siente falso y el que patrocina sabe que se encuentra frente a una actitud falsa pero un proyecto verdadero. Me sorprende que de tanta complicación y falsedad surjan acuerdos concretos.


Somos consientes del teatro y aún así optamos por la mascarada. Entendemos que el rostro que nos muestran no es más que un cúmulo de maquillaje, pero lo aceptamos como verdadero, ¿es esta falsedad un tipo de vida usual, tanto que permea nuestra subjetividad cotidiana a tal grado de perder esa definición de “falso” por “correcto”, pasando por “necesario”? Son las leyes de la sociedad, adaptación o muerte, eso lo tengo muy claro, siempre lo he dicho, pero aún así tengo días donde me sorprende el vacío existencial que nos dejan todos estos carnavales caducos por lo mismo de ser cotidianos. De ver la utilidad e infelicidad de patrocina el maquillaje social y que aún así optamos por especializarnos frente al espejo para saber qué colorete queda mejor para tal o cual ocasión.

martes, 8 de noviembre de 2011

A seis grados de...

¿Hipertextualidad? Sí
¿Libertad? No del todo...

Siempre me he quejado que al vivir en una ciudad tan pequeña como en la que vivo, así como en la que estudio (que son dos ciudades distintas, pero vale para poco, las dos son pequeñísimas) las maricas, todas, todas, parecen conocerse. De un momento a otro no te puedes follar a quién quieras ni besar con quién desees, porque lo más seguro es que ese alguien ya pasó por otro alguien que conoces. Todos se encuentran conectados de alguna manera.

Va que la Internet es una cosa más "variadita" (se podría pensar) pero no. Los patrones te llevan al mismo punto. Sea gente intelectual o por cuestión sexual, los contactos siempre son los mismos.

Suele pasar que se lee el blog del amigo del amigo, y cuando me meto a los blogs de otras maricas, resulta que esa marica de España conoce a la otra que es de México que a su vez sabe todo de otra que se encuentra en Argentina.

Es un dato absurdo, pero me surge la duda: la web, tan libre ¿cómo tus propias manías te lo permitan? Después de todo, parece ser que las mismas jotas nos atraemos mutuamente y seguro, segurísmo, nos hacemos una paja frente al mismo video porno.

martes, 1 de noviembre de 2011

The Women

-No soportas que Mary sea feliz con Stephen y eso te deprime- le dice Nancy a Sylvia, con un tono acusatorio.
-¿Por qué iba a deprimirme?- contesta Sylvia mientras arregla su sombrero.
-Porque está contenta, contenta con lo que es.
-¿Y qué es?
-Una mujer
-¿Y nosotras?- pregunta Sylvia entre sonrisas.
-Hembras
-¿Y tú qué eres?- le desafía Sylvia.
-Soy lo que la naturaleza aborrece, una vieja solterona sin valor- dice ella.
-¡Oh!- exclama Edith- vayamos a ver que hace Mary- En el acto Sylvia y Edith se van al aseo para cotillear en privado y a gusto sobre Mary.
En este pequeño diálogo se da una clara referencia a Mary como mujer, la mujer perfecta que no encuentra ningún problema con ser el prototipo que la sociedad demanda, ella es feliz con lo que es y poco le preocupa su orgullo de mujer, el mismo que defenderá en toda la película pero que al final dice no necesitar.

Fragmento de mi ensayo "Feminidad o feminismo", sobre la película "The Women" de George Cukor.

En ocasiones me pregunto ¿qué habría pasado si yo hubiera sido mujer? Mis amigas y hermana dicen que seguro sería una diva insoportable, que me creería bonita y popular। Yo... la verdad creo que tienen razón, pero no existe mucha diferencia con lo que soy ahora. La gente de fuera me ve como una diva insoportable que se cree bonito y popular. Ni modo, me encanta bromear con ello y eso les molesta más, pero desde hace tiempo entiendo que no se puede satisfacer a todos, ni que fuera TAN puta.


"The Women", cada vez que la veo me digo "Quizá yo sería más un tipo de Rosalind Russell en el papel de Sylvia Fowler। Gran malicia, inteligente en el cotilleo pero inútil en todo lo demás, al final se encuentra aburrida y sólo quiere divertirse".

La película la vi hace tiempo, ya ni recuerdo por qué, creo que por alguna recomendación de algún extraño/anónimo de la web। La conseguí y me enamoré de ella. Cuando estuve en España y nos dejaron realizar un ensayo que contrapusiera dos películas de Cine Clásico, escogí "The Women" de Cukor (1939) y su remake "The Women" de English (2008), no es por alabarme tontamente, pero el resultado fue muy bueno. Escribí un texto algo largo con mucho amor, un poco de humor y una postura casi feminazi, pero si ya dicen que soy heterofóbico, ¿por qué no ser también feminazi?, a mi profesora (feminista) le agradó el texto, tuve buena nota, y no escribí para satisfacerla, sino porque es lo que pienso.

Me doy cuenta que las posturas pesan así como los prejuicios, y se me hace algo extraño (aunque no por ello menos gracioso) la visión del otro frente a mi trabajo y propiamente frente a mi persona. Pasar de ser la diva insoportable amante de María Antonieta y la ropa bonita, al chico gay que no habla más que mujeres en la historia, feminismo y teoría queer, mezclando todo, es como si Carrie Bradshaw y Virginia Woolf se sentaran juntas a tomar el té, vaciando las cenizas de sus cigarros en el mismo cenicero. Pero eso pasa, en mi mente pasa todos los días. Así de esquizofrénico estoy.