martes, 5 de febrero de 2013

Amor II

Siento un revoloteo extraño cada vez que veo fotos que retratan a mujeres jóvenes, mexicanas, madres, profesionistas y amas de casa, todas ellas a finales de los años ochenta, todas ellas se ven felices.

Todo es suposición, quizá ni son amas de casa, o tampoco profesionistas (o de profesión amas de casa, la labor con menor reconocimiento), lo más seguro es que nunca se plantearon el devenir mujer, tal vez no son felices y el niño que aparece a su lado no es su hijo, es sólo un niño y ya.

Quizá es porque cada vez que veo una foto de mi madre de aquella época y la mezclo con los relatos que me ha contado sobre su juventud, más la experiencia de ser su hijo y saber que me dedicó mucho en tan distintas formas... me hace sentir que no le he correspondido y no estoy a la altura. Su vida rodea a la mía.

Lo que me pasa con el amor, con ser amado, es que en ocasiones no creo merecerlo. No sé la razón. Hoy mi novio me dejó pensando en los distintos tipos de amor (si es que existe más de un tipo), lo inefables que son y que jamás lograré, en mi corto entendimiento, comprenderlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario