No quiero ser de las que se quitan años.
Si algún día me preguntan cuántos tengo, y tengo
30,eso diré; si tengo 45,eso mismo diré.
¿Qué año podría eliminar de mi vida?.
¿El año en que nació mi hijo, o en que nació mi hija?
¿El año en que me enamore por primera vez?
Quizás uno menos afortunado, como aquel en el que
pesque una pulmonía.
O alguno triste, en el que haya perdido a un ser
querido.
Podría elegir un año intrascendente: aquel en el que
vi una estrella fugaz, o aquel otro en que la vida no
me pareció fascinante.
Pero no, prefiero quedarme con todos: con los buenos,
con los malos y con los del montón.
Negar cualquiera de ellos equivaldría a negarme a mí
misma.
Porque mi vida es la suma de todos esos años.
Me llamo Lucio. Algunos me conocen como Leonard. Pasé poco más de tres años escribiendo en mi blog "La campana de cristal" (la historia de Leonard) pero esa no es mi vida, si quieres saber de mi, ve a "Belle de Jour... Belle de Nuit" y bueno "La edad del vacío" aún no sé de que va
La vida es un sueño, el sueño se pierde dentro de su propia ontología, el sueño perdura, se pierde la vida, la vida se convierte en un sueño y entonces ya no existe la palabra sueño nunca más, no con la connotación onírica… ahora se le llama vida, así de simple.
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