lunes, 21 de marzo de 2011

Cat people

Son las dos de la madrugada aquí en España, estoy a pocas páginas de terminar el libro “La casa del bosque” de Marion Zimmer Bradley, pero no puedo, llegué a mi límite otra vez. ¿Por qué?, ¿por qué el mundo es así?, ¿por qué el mundo es machista, heterosexual y en mi país católico?

Zimmer Bradley me conquistó con sus “Nieblas de Avalón”, que es en resumidas cuantas (muy resumidas, porque el libro consta de más de mil páginas, depende la edición), la leyenda artúrica desde la perspectiva de las mujeres: Morgana (la siempre maligna Morgana, bruja, hada, Zimmer Bradley la redime en su relato y hace que todo sea tan convinecente), Viviana (la dama del lago… que apenas me enteré que los franceses creen que si “la dama de blanco” o “la dama del lago” se te aparece, es que morirás… una bobada, lo siento, eso sólo demuestra la ignorancia que tienen sobre sus propias leyendas), Igraine (madre de Morgana y hermana de Viviana), Morgause (hermana de Igraine, Viviana y quizá la más ambiciosa de todo el relato) y claro, Ginebra, esposa de Arturo pero amante de Lanzarote (el único hombre al que realmente ama Morgana y le es negado). Pues, les contaré que “Las nieblas de Avalón” es mi libro favorito hasta el momento, ¡sí señoras y señores!, esa no se la sabían ¿verdad?, mi libro favorito no es de Virginia Woolf, sino de una autora feminista “postmoderna” que escribe sobre los cultos en Britania, la conquista de Roma y el Cristianismo sobre la cultura celta. Respeto tanto a Zimmer Bradley por lograr con “Las nieblas de Avalón” un relato redondo, enorme, con muchos personajes, con mucha historia, pero al final congruente, solté unas lágrimas al terminarlo… por este libro (que leí hace más de dos años) empecé mucho a cuestionar mis creencias religiosas.

En fin. “La casa del bosque” es una precuela de “Las nieblas…”, habla sobre los pueblos en Britania y la conquista Romana, las guerras, la conquista religiosa, un poco más de lo mismo pero con otros personajes que no son de la leyenda artúrica y según yo se inspiró en la ópera “Norma” de Bellini; va pues, lo he leído por más de un mes con una enorme decepción… no sé si es que Zimmer perdió el toque o yo maduré después de dos años y un cúmulo de cien libros después, aún así, ahora me acerco al final y Marion Zimmer Bradley es cruel, es cruel con sus personajes, cruel pero certera, me dice “así son las cosas, así han sido tratadas las mujeres desde hace mucho tiempo, el hombre perdura frente a su aparente libertad, una donde no tiene que rendir cuentas a nadie, la mujer siempre se sujeta al hombre, aún dentro de una comunidad donde existe una DIOSA y no un DIOS”.

Tuve que cerrar el libro, prender la computadora, escribir esto. Tengo ganas de llorar. Pero no es tan grave, sólo es el sentimiento de impotencia… Bradley, una gran feminista, viene a decirme, “Pues querido, ¿qué le vamos a hacer sino es mostrar la verdad para que la gente despierte?”, pero no puedo, no puedo ya con este mundo donde en ocasiones no tenemos cabida “los anormales/ los contra natura”, las jotonas feministas (que me gustaría poder llevar el titulo con mayor ahínco). ¿Por qué toda esta historia sobre la mujer?, ¿por qué me parece que hemos avanzado tan poco?, ¿por qué siempre los feministas ponemos al modelo masculino como el modelo al que “hay que superar”, “derrocar”, “igualar”?, ¿porqué no podemos desmemorizarnos, volver a iniciar dentro de una sociedad donde no exista un masculino y un femenino, NI LOS JODIDOS TRAJES, como alguna vez dijo la Woolf, que los trajes eran masculinos o femeninos… que nada fuera así, que sólo pudiéramos pertenecernos en igualdad, algo así como lo deseaba el personaje principal de “La casa del bosque” Elian… que hasta donde voy ha fracasado, “PAZ” dice ella, pero dentro de esta paz lo único que quiere es “IGUALDAD”, igualdad… me repito, ¿pero qué es eso?, le he dado vueltas al concepto durante más de un año, desde que leí “El segundo sexo” de Simone de Beuvoir y me dijeron que tanto ella como la Woolf sólo dicen que la igualdad se llega a la frialdad de emociones, pues sólo así, quitándose de las “características propias de las mujeres (con todo ese sentimetalísmo) se llega a la igualdad”… y luego la gente (mucha gente, en general) me sale con que los gays (algunos, y YO entro en esos algunos) nos asimilamos a las mujeres por nuestra gran emotividad… ¡¿entonces qué?! , ¿Las emociones son sinónimo de debilidad?, ya bien que cuando estudié la vida de Elizabeth I no pude dejar de pensar en que ella se sometía a un sistema paternal/machista, porque debía gobernar “Como un hombre lo haría”, nada de emotividades, incluso nada de amantes (ahí una libertad que la mujer no tiene, porque el amante puede llegar a la dominación gracias a la “emotividad de la mujer”… pfff mamadas!) y que debía ser virgen en su aspecto de ser “intocable” en representación con la virgen madre de Cristo el Salvador, ahí entra más la cuestión religiosa de “Catolicismo aboga por una Virgen no tangible pero sí milagrosa (la figura de adoración)” mientras Elizabeth “reina protestante que debe gobernar como hombre pero tener el toque de la madre, madre milagrosa, madre dadora” LA MUJER, en la historia, NO SOLO DEBE SER MUJER (por biología nata, después genérica y social, un devenir de la mujer, como diría Simone de Beauvoir) sino también SER HOMBRE por OBLIGACIÓN, ser hombre en sociedad, HOMBRE FRENTE A SUS COLEGAS, HOMBRE COMO ELIZABETH FRENTE AL PODER Y EL PUEBLO, hombre porque el hombre es quién no tiene emociones… los feministas nos estamos acercando peligrosamente al modelo machista, porque si somos de otra manera, si no somos severos o recalcitrantes… nos tildan de “femeninos, que abogamos por la feminidad y no el feminismo”… estoy tan cansado de las etiquetas que nosotros mismos nos ponemos, y estoy tan decepcionado de mí mismo y de la sociedad.

No soy “feminista profesional”, como lo dice mi nueva amiga Adela de República Checa, una chica muy inteligente que estudia “Género y feminismo”, pero que a la vez ella misma ve en su escuela (aquí en Valencia) que el feminismo es tomado por sus propias colegas como una secta de mujeres “extrañas” (no he entrado en detalle con respecto a eso de “extrañas”), pero eso sí, me gustaría tener una formación más seria respecto al feminismo… una más allá de mis escritoras añejas y mi aparente sentido común, quiero dejar de ser “femenino” para ser “feminista” sin por ello perder mis emociones, porque les diré, que desde que empecé a vivir mi homosexualidad con mucha más libertad, emotividad y soltura, la gente que antes me tenía respeto, ahora me ve como un chiste… lo mismo pasa con las feministas que no son recalcitrantes, lo he notado.

Tener emociones no debería desligarte de los propósitos que se persiguen… es más, creo fervientemente que son, en muchas ocasiones, las emociones, canalizadas en sentimientos, que racionalizados y verbalizados, llegan a consumarse en una postura política y social. Pero yo ya no sé nada. Lo que me lleva al otro punto de esta entrada.

Mi profesora de cine (una diosa para mí), puso la película “Cat people” (“La mujer pantera”, aquí en España), no había disfrutado tanto una película en clase como con ella, su análisis, sus explicaciones, ella escribió un “librito” (con sus propias palabras para definir sus libros) sobre la película, así que la conoce bien. El relato habla sobre Irena, Olvier y Alice (la imagen de la entrada es de la película, es Irena). La primera es una mujer tímida, linda pero complicada, piensa que si besa a un hombre (y si se enamora del hombre), ella se convertirá en pantera y lo matará… ella se siente diabólica, impura, tiene la culpa sobre ella por ser una criatura contra natura; Oliver es el hombre que se enamora de ella… y ella de él, pero Oliver es ingeniero naval, Oliver no la entiende, no entiende sus aflicciones, para Oliver las cosas deben ser concretas, algo cuadradas… “Tiene encanto, pero es soso”, dice mi profesora “Para él dos más dos es cuatro, y una mujer con problemas es una mujer con problemas que debe ser tratada por un psiquiatra” (¿les digo algo? Yo entendí a Irena desde el inicio, yo, hace dos años, sentía que si me enamoraba de un hombre, que si le besaba y hacía el amor con él, entonces me iría al infierno y estaría siempre condenado en la eternidad, me sentía diabólico por ser contra natura… y ahí, por más que lo intentas dos más dos no siempre son cuatro, y un chico con problemas no es tan fácil que sea un chico con problemas que se puede curar asistiendo al psicólogo); Irena no se deja tocar por Oliver, así que él se refugia en Alice (quién es su amiga de hace años en el despacho de ingeniería naval), no es que tengan sexo, sencillamente desplazan a Irena. “Alice se cataloga a sí misma como una mujer moderna e intrépida, pero aún así lo único que quiere es casarse… muy intrépida no es ella”, dice mi profesora. Pues bien, al paso de la película ese desplazamiento de Irena por parte de Oliver y Alice se refiere más a que los dos últimos se entienden dentro de su simplicidad, se entienden porque los dos son sosos pero encantadores y son el modelo de blancos, americanos, no realmente protestantes pero que vienen a regirse por una moral burguesa (“Nos casaremos, compartiremos todo, nos amaremos hasta el final … shalalalalalaa” algo así le dice Alice a Olvier en una escena, sólo le faltaba decirle “Y pariré con dolor tus hijos, los alimentaré, educaré, sacrificaré mi vida por su desarrollo y después te daré galletas recién horneadas mientras ves el televisor”). Les arruinaré el final. Oliver y Alice se quedan juntos… a pesar de que Irena y Oliver estaban casados, no les diré más… no les he arruinado el final del todo, tendrán que verla, el personaje de Irena lo vale a cada palmo, es un personaje complicado, pero claro, a Oliver le pesa lo complicado. Entiendo el final de esta película, el cine clásico era muy estricto ante la moral y era obvio que triunfaría el amor burgués… y que la mujer pantera no tendría un final feliz. Es para mí, un final no sólo misógino, sino también lleno de desencanto para la gente que no somos “normales”, PARA LOS QUE SOMOS ANORMALES!

Ahora va que Paul Schrader hace un remake en 1982 con una sexy Nastassja Kinski y una no muy bien delineada mujer pantera (en cuanto a tratado psicológico). Pero va que el final es aún MÁS MISÓGINO!, entiendo, bueno, no lo entiendo, yo tengo problemas con Schrader, por un momento creo que es un genio para después pasar a creer que es como esos que montan obras cristianas sobre el SIDA y usan la propaganda del miedo para inculcar temor a los creyentes (quizá sí, es un genio haciendo eso), pues el Schrader siempre muy crudo, altisonante… pero tendencioso y moralino, estaba esperando que al final de su película sobre Mishima, pusiera un epílogo de “Y se mató por sus aficiones homosexuales”… tengo mucha confusión en mí… lo sé.

El punto es que salí triste y desmoralizado. Todo gira en un mismo sentido, el inconsciente colectivo se ha enraizado en nuestras mentes, no sale, moriré y siento no habrá cambio, todo, la cultura, el cine, la literatura, incluso los movimientos feministas de élite, porque históricamente hablando, la mujer no recibe cultura si no es de la burguesía, aristocracia o posición acomodada… ergo, si no es acomodada, entonces no tiene poder de expresión porque se ve sometida a las laboras domésticas, a estar enteramente bajo el yugo masculino; la mujer culta es aquella que recibe la libertad, y una mujer libre sólo consigue ser libre bajo la esclavitud de otra mujer… ya lo hablaba con mi amiga que será madre dentro de dos semanas, hablábamos de la dificultad que tendrá al ser madre, llevar un hogar, yo dije “¿Y por esto luchan las mujeres?, ¿esto es lo que quieren?”, ella contestó sin remordimiento “Lo que queremos es una sirvienta”… efectivamente, hay mucamas, amas de llaves… hay roles laborales sexistas, y la libertad de una mujer no sé da con la esclavitud de un hombre, sino bajo la de otra mujer, a menos que la mujer someta al hombre con sus encantos… lo que nos regresa a la feminidad y no al feminismo… nadie dice que la Pompadour, la Du Barry o la Bolena, todas amantes reales, todas lograron en su momento lo que querían con sus hombres, nadie diría que son feministas, sino más bien hábiles cortesanas, al hombre no se le seduce… ¿se le derrota? Y VOLVEMOS A LO MISMO! Derrocar al machismo porque es la cuestión dominante.

Me sentí mal, todo gira en un solo sentido, macho/heterosexual, no hay cabida en este mundo para mí, ni siquiera en este continente, como diría Vidarte, “En ocasiones me siento como un extranjero (en el mundo heterosexual)”… y luego me pregunto, cuando no encuentro chicos gays con los que pueda hablar, o cuando no veo tolerancia a mi alrededor incluso dentro de los mismos gays porque soy muy afeminado, me pregunto ¿a dónde puedo ir?, ¿Dónde puede ir Irena, donde puede ir toda esta Cat People que no encaja con la sociedad pero que aún así deseamos ser parte de ella y no sólo parte, sino también CAMBIARLA? (mira cuánta altanería de mi parte… cambiar la sociedad!!!) sólo me entran ganas de llorar, después gritar, después me digo “Soy tan emotivo”. Y luego me digo “Y si mejor nos matamos?”… pero calma, lo digo en broma para reírme con mi humor ácido.

Tenía que sacarlo. Es que aquí, es España, en Valencia, en mi universidad, en mi departamento, en mi habitación propia, no hay ni un alma que me entienda (suena súper sufrido, lo sé, pero créanme que es verdad, lo intenté tanto el primer mes, pero este segundo me estoy dando un poco por vencido), me siento como Irena, raro, yo hablo y nadie me escucha, para los demás dos más dos son cuatro, mientras para mí el dos puede ser sólo una metáfora del uno… ¿dónde me refugio?, en las palabras, en la supuesta libertad del ciberespacio… no saben cómo necesito una buena charla, seguro regreso más seco que un alumno de historia del arte en Valencia. Que hoy hubo una horrible distinción entre el arte en EUROPA Y LATINOAMERICA, tanto que e salió lo cristiano y elevar más de una oración por esos tipos para que Dios los iluminara… en verdad… sólo les diré que fue algo así como: El arte en Latinoamérica tiene otra concepción que nosotros los europeos no tenemos, algo más con lo social, las drogas, la inmigración… cliché, cliché, cliché… pero eso es tema de otra entrada, entrada que espero no exista porque quizá para ese entonces yo seré más feliz.

Termino entrada a las tres treinta de la mañana, con un par de parpadeos, una ida al baño y una revisión de caralibro después...

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