miércoles, 15 de junio de 2011

Esta cama...

Esta pequeña cama...
Más pequeña que una individual en México
La más pequeña que he tenido en toda mi vida
Esta cama es mi cama de ahora
Cama donde veo películas, ¡cuántas películas han pasado por aquí!
Donde estudio y leo
Donde pasaron los textos de teoría queer, escultura, tratados de cine y hasta una que otra cita innecesaria de un catálogo de exposición español
La cama donde tomo fotografías de mis postales y libros
La cama donde duermo con el ordenador y mis papeles, costumbre de mi otra cama en México, una más amplia, pero aquí apenas puedo entrar yo
Esta cama donde escucho música
Donde veo la gente pasar por la ventana y suspiro entusiasmado
La cama donde me he pasado más de un día entero tumbado y vomitando
La cama donde me masturbo
Donde como
Donde follo
Donde hablo de arte y filosofía, política y teología
La cama del té, de Jane Austen y Virginia Woolf
La cama de un par de hombres que han estado conmigo y en mí
La cama que aún así le falta tener a dos hombres juntos una noche entera, porque su dueño, cuando duerme con otro hombre se queda en el piso de aquel, y cuando vienen a visitarla, se queda sola muy entrada la madrugada.
Esta cama que me tolera en todos mis estados de humor
Placer
Dolor
Tristeza
Ansiedad
Alegría
Excitación
Felicidad
Enfado
Vértigo
Esta cama que ha presenciado mi parte más violenta, sádica y masoquista
Que tolera mi banalidad y mis azotes mentales aparentemente sustanciales, inteligentes y existenciales.
La cama donde escribo
Donde recibo los e-mails de mis amigos, parientes, extraños...
Donde coqueteo con más extraños...
Donde hablo con mis verdaderos amigos, en carne y hueso
La cama donde chismorreamos los compañeros de piso y compartimos nuestros datos íntimos, a cualquier hora del día
La cama de los petardos
De las ilusiones y las tontas esperanzas
De las lágrimas y el cálido sol en invierno o verano
La cama que me ha visto sentirme sexy o la criatura más horrible de Valencia
La cama pansexual de Buñuel, Rossellini, Argento y Araki (por decir los que más han pasado por aquí)
¡Ya! esta cama que vive de fluidos, toda clase de ellos y algo más
Emociones

¿A quién engaño? Extrañaré esta cama aunque me de dolor de cuello y espalda, he vivido más cosas con ella que con la otra, allá, en México.
Lo único que sé es que verdaderamente esta cama es un mundo, una casa, un hogar.





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