domingo, 17 de junio de 2012

El sentimentalismo paterno... que no es lo mismo que paternal


Hoy, bajo la lluvia (que chispeaba más que nada) le llamé a mi amiga Liana, ella contestó con entusiasmo, siempre lo hace y me hace sentir bien, porque aunque dos de cada cinco llamadas es para lloriquear sobre lo "mal" que va mi vida, ella siempre me contesta bien.

Le dije: ¿Cuál crees que sea el colmo de un feminista? Y mientras ella apenas decía: emmm, yo la interrumpí y le dije: Salir a comprar un regalo a última hora para seguir con esto del régimen paternal.

Y es que estaba en plena ciudad de provincia, bajo el chispear absurdo de la lluvia, buscando el mentado regalo (libro) para mi padre. Soy un mal hijo, no suelo regalar cosas a mis padres, ni el día de la madre ni el del padre, no se me da, siento que todo lo que les regalo no les agrada... supongo que ellos piensan lo mismo, por eso tampoco suelen regalarme nada salvo cuando se los pido (específicamente en mi cumpleaños), ellos sostienen que mi hermana y yo somos difíciles de satisfacer con eso de "nuestros gustos"; pues bien... ellos también, un poco.

Resulta que no tuve dinero hasta ayer, y era dinero que no sabía si tendría, así que no me comprometí con mi hermana para comprar algún regalo. El punto fue que ambos nos descuidamos, y hoy, lloviendo, sin ganas de salir, nos vemos en la cuestión de que para mi padre, "el día del padre" es importante, y le gusta que le regalen cosas aún cuando realmente no las necesite, se requería un regalo, teníamos opciones, pero mi hermana no tenía ganas de hacer nada, siempre demuestra una tremenda apatía cuando se trata de salir a comprar regalos.

Así que yo, el hijo non grato sale a la calle para comprarle un regalo a la persona con la que está en guerra fría, la vida es irónica, pero también no puedo negar que quiero a mi padre. Al menos ahora resulta que... efectivamente tengo corazón.

No puedo negar que siempre me ha apoyado en todos mis proyectos, bueno, no en todos, pero sí en los más grandes. No tuvo problema en que estudiara arte (aunque realmente no se interese en mis piezas, ni en mi medio, tiene una idea algo alejada de todo, pero siempre más optimista de la que yo tengo), incluso me incitó a escribir, ¿quién puede decir eso de su padre? Quizá muchos, pero de esos muchos conozco a pocos, la mayoría habría dicho que NO al arte y mucho menos NO a ser escritor, mi padre no, él prácticamente dijo: Si quieres, pues hazlo, demuéstralo.

Ha sido un estira y afloja, demostrar que sirvo como escritor con el proyecto de novela, con las esporádicas publicaciones, con la beca a España (que igual mis padres me ayudaron muchísimo económicamente), nadie es perfecto y a los padres (al mío) se le tiene que demostrar que uno ama lo que hace, que uno muere por lo que hace... no sé en qué términos estoy con mi padre, y cuando realmente veo que no hay una gran conexión entre nosotros, me remito a las cosas buenas, a los recuerdos, porque ya tanto drama (como el de las entradas anteriores) me esta deteriorando.

Y sea el día del padre, sea la búsqueda del regalo bajo la lluvia, y sentirme miserable por no poder regalarle algo que realmente desea, por falta de tiempo, de organización, de dinero... recuerdo cuando mis padres estuvieron en proceso de divorcio y yo le tenía mucho miedo a mi padre, siempre ha impuesto, es muy volátil, de él heredé esa parte de mi carácter (o lo aprendí, no lo sé).

Recuerdo cuando iba con él a su departamento y el no hacía nada en especial para los fines de semana, no es que se esforzara mucho. Veíamos a los abuelos (sus padres), y cuando no era así, nos quedábamos en su depa a comer cereal Quaker, donde el de fresa era para las niñas y el de plátano para los niños (no es que él lo dijera, pero a mí me parecía que así lo imponía... ¿la situación? Ahora es irónico que el plátano sea para mí JAJAJAJAJA), nos ponía la película de "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" o música de Queen y Mecano, de él le agarré el gusto a esos dos grupos en especial, están pegados a mí de por vida, canciones como "La fuerza del destino" o "Dalai Lama" eran básicas, aún cuando no sabía ni quién era el Dalai Lama y la canción para mí, en el coro, decía solo "lalai, lalai, lalai"... eso sí, no entendía cómo una voz de mujer, Ana Torroja, podía cantar historias que le habían pasado a un hombre, a un chico.

Su intento por instruirme en los deportes, no es que él fuera un gran atleta, pero le vendieron la idea romanticona de la relación ideal entre padre/hijo con un balón como mediador, y yo pues era malo en todo (lo sigo siendo). Me compraba soldados, muñecos transformers y otros más que son alguna representación de Sylvester Stallone en una de sus tantas películas de acción, a él le encanta Rocky. Y supongo que le contrariaba que mis figuras de acción favoritas fueran una pequeña Chun-Li, posteriormente una Xena, después una Catwoman, todas las conservo. Siempre lo digo y admito que estoy obsesionado (traumado con ello), pero debió ser un choque para él darse cuenta que su hijo no es, ni será lo que desea.

Me dejaba jugar con el ajedrez de mi tío abuelo, quién le había prestado el departamento, y me regaló mis dos primeros libros, ambos dedicados (los únicos dos que me ha dedicado a la fecha), uno sobre ajedrez, técnicas y teoría, otro es un nuevo testamento, claro que aún tengo los dos libros. También me dejaba usar su computadora para pasar las horas jugando ajedrez, era uno donde las piezas se mataban, prácticamente se masacraban unos a otros con mucha gracia, me incitaba siempre a no hacer trampa.

Cuando me dijo, hace ya bastantes años, que podía hablar con él sobre chicas, sobre si me gustaba alguna niña de la escuela. Nos sentábamos a ver "Guardianes de la bahia" y yo no sentía nada por las chicas, pero claro que desde entonces me di cuenta que los cuerpos masculinos me atraían demasiado, me encantaba ver los torsos desnudos de todos esos hombres corriendo por la playa. Y claro, ver los videos de Mecano con los hermanos Cano en pantalla, tenía su atractivo. También veíamos las olimpiadas, y me deleitaban los cuerpos masculinos en los clavados, la gimnasia; por un tiempo nos sentamos a ver lucha libre, pero esos cuerpos nunca me atrajeron.

Y más recientemente, hace un año cuando estaba en otro continente, le enviaba correos electrónicos y cartas para que supera de mí...

Creo que es momento de dejarse de tanto drama y hacer las paces. Quizá sea el sentimentalismo que me sale con el día del padre, quizá sea el clima o que ya estoy cansado de estar enfadado, pero deseo que salga algo bueno de todo esto. 

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