miércoles, 21 de noviembre de 2012

Días de odio

Me es increíble la forma en que me irrita leer los mensajes, conversaciones del último chico con el que estuve saliendo. Cuando creo que estoy bien y tranquilo, resulta que no es así. Lo vi el viernes, desde entonces he estado enfadado, incluso he roto cosas por el puro placer de verlas desaparecer y trozarse en varios pedazos, me lastimé la mano, nada serio, no creo deje cicatriz.

Estos días he estado pensando en el odio. No soy una persona que odie, pero sí me considero explosivo, volátil y no suelo olvidar ni lo que la gente me hace, ni mucho menos lo que le hago a la gente. Perdono, pero no olvido. No me duele una vez que perdono, pero el recuerdo me persigue cual sentido común, como instinto de sobrevivencia. El punto es que si me duele, me enfada, es porque aún no he perdonado.

Al último chico con el que salí no lo quiero perdonar, no lo merece, me ha tratado muy mal y no quiero volver a perdonarlo. Me entristece que no valorara las cosas que intenté para que estuviéramos juntos y ni siquiera se de cuenta del daño que me hizo. Merece mi odio. En un mundo actual donde no puedo dejar de pensar en él y en lo mal que me trató, si no puedo extirparparlo de mi cabeza, más vale que le odie, ya he pasado por esto una vez hace tiempo y sé que las cosas se curan con el tiempo. Él no se disculpará y yo tampoco me perdonaré el haber sido tan estúpido por quererlo.

Así van las cosas en mis días de odio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario