
Mi primera novela fue sobre el matrimonio, lo fallido del matrimonio, la segunda viene a ser sobre el arte, pero entre más me sumerjo me doy cuenta que si bien las aspiraciones de muchas personas de mi edad no sólo es el estudio y el arribismo, sino también las drogas, el alcohol, sexo, ya saben ustedes lectores maduros e inmaduros, esas cosas mundanas. Pero ahora me topo que todos quieren amor, amor, amor.
Sí, van a decir: "Este tipo me sale con que él no quiere amor, si claro, después de todas sus entradas tortuosas sobre la homosexualidad y el amor, así como el chico que le gusta" (con el cual ya he hablado más de una ocasión). Pues no es que no lo quiera, pero antes de mi último enamoramiento, el amor para mí no era ni necesario ni requerido, no significaba nada (al menos el amor de pareja, siendo un poco más concretos, no crean que el amor de familia, amistad, etc.) Lo mismo le aprecio en mi escritura. Antes en "La campana..." se hablaba de arte, arribismo, santurronería, pero amor... ¿qué era eso?, después se pasó por el apartado del amor y ahora se habla de sexo, prostitución. Así de simple, ¿intercambio de poder?, ¿sexo por dinero? Eso ya lo diré después, por el momento me conformo con saber que estoy regresando a esa etapa donde el amor (de pareja, insisto!) me vale más bien poco. Siempre se está mejor solo, y eso será algo que muchos de mis personajes irán aprendiendo.
que intenso eh!! me dejastessssss sin aliento. espero ser una de tus historias jjajaja, un saludo
ResponderEliminarHola chico SINESTER, ¿en verdad te gustaría ser una de mis historias? Últimamente me han apedreado por tomar vidas ajenas... jum... ya no sé nada, creo que no sólo soy mal escritor sino también un cínico de lo peor. Gracias por pasar. Y ¿sabes? es muy probable que seas uno de ellos, pero no diré más.
ResponderEliminaroh bueno, estaré pendiente
ResponderEliminar