martes, 16 de febrero de 2010

Zorras


Hoy ha sido un día realmente agotador… ¿más emociones? ¡No! por favor. Las cosas pululan en el aire y se asientan tristemente sobre aquello que nunca quiso dejar de existir. Pero ya no está ahí, se fue. La dulce Amaia Montero me canta al oído “Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión”… ¿y la verdad?... JO, “¡LA VERDAD!”, así con signos de exclamación y con todas sus letras en mayúscula me gritaría Virginia Woolf. ¿Dónde está ahora la verdad?
Hoy hablé de ser invisible, de ser adulto, de dejar de serlo, de querer serlo, de ser autónomo, autosuficiente, de ser emocionalmente auténtico, de sentirme Julia Roberts en “Charlie Wilson's war” y susurrar con un encanto sureño “zorras”. Después hablé de las relaciones, de los heterosexuales, de los homosexuales, de los bisexuales, de mi nueva novela, de mi antigua novela, pensé en todo lo que he estado leyendo, de lo que he dejado de ver, de lo que me gustaría hacer, de lo que jamás haré. Y todo en friega, y todo… en chinga… mi cabeza es un torbellino que jamás se apacigua ni con la latente amenaza de la destrucción corporal. Hoy lo entendí, el mayor peligro que puedo tener soy yo mismo. La única arma mortal que tengo soy yo. Lo demás que me afecta son sólo zorras… ¿o no querida Julia?

2 comentarios:

  1. Encantadora esa Julia. ¡Qué lío este mundo! Espero que aunque agotadores los días, las emociones dejen algo memorable ;)

    Saludos. Cuídate mucho (sí, de ti).

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  2. Gracias Salma por tu comentario. Sí, el mundo puede tornarse algo lioso, y pues las emociones dejan muchas cosas memorables, es una magnífica forma de verlo. Me cuidaré de mi reflejo. Saludos

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