miércoles, 4 de mayo de 2011

Peligro de amores

Cuanto menos lo veo, más lo deseo.
Cuando lo tengo en mi cama, para charlar... y algo más, soy la persona más feliz en Valencia.
Cuando me llama me derrito, si no me llama me desanimo, si me quedo sin señal en el teléfono móvil, me desespero.
Me dice te quiero y me ha desarmado.
No quiero amarlo, sólo tenerlo, quererlo, pero entre más lo tengo, entre más lo quiero, estoy más cerca de amarlo.

El que sea un hombre ocupado me deja con la impresión de que tiene su vida y yo soy parte de ella, pero un trozo, un pedazo nada más, un capítulo aparte, una perla más dentro del collar.
Él no se da cuenta que gracias a él logro tener estabilidad en mi estancia aquí en Valencia. No se da cuenta que poco a poco me acerco peligrosamente al umbral del amor, y que un amor como el nuestro no tiene futuro, porque después se interpondrá la distancia, pero ¿saben? No me importa, quiero tenerlo, quiero gozarlo y después... sí, quiero amarlo, aunque dure unos meses, aunque no tengamos futuro, quiero amarlo, sería bonito volver a amar.

Mañana me voy a Málaga y Granada, y al igual que cuando me fui a Sevilla, Toledo, Ávila y Madrid, estaré pensando en él de la forma más bella.

2 comentarios:

  1. jajajaja Ana, pues ya caí, no hay más, lo quiero demasiado, no puedo negarlo, tanto que no pienso en nadie más...

    ResponderEliminar