Estaba escribiendo una entrada bien linda, lindísima caray, sobre ese amor filial que me tengo con la Woolf, pero no sé, supongo que mi computadora ya está cansadísima de recibir el nombre de Virginia Woolf a cincuenta veces por hora, así que se trabó, DOS VECES, dos intentos de escribir la misma entrada, pero la ·$("(%/)"?/%?/ HIJA DE MIERDA (perdón) de mi computadora se trabó.Es una diva ésta computadora de escritorio, y eso que no me conoció en mis tiempos de laboratorista, que si no hasta salía volando por la ventana. Lo que no sabe esta computadora (o quizá ya lo sabe justo ahora porque lo estoy escribiendo) es que no hay espacio para dos divas en esta casa, así que o ella o YO, que de laptops podemos hablar y mejor cortamos nuestra relación por lo sano hasta que se le pase el espíritu de dama georgiana, aquél donde se le dice algo duro o revelador y se queda petrificada... o sea: SE TRABA.
Debo decirte que tanto leer de tu admiración por Woolf me llevó ayer a comprarme "Las olas"; lo malo es que tengo un libro pendiente antes, pero ya lo tengo en mis manos.
ResponderEliminarQué bien Salma!, ay la Woolf, "Las olas" es un paquetote, espero te agrade, a mí me dejó con muchos pensamientos en la cabeza, es su obra más "experimental" y si se quiere decir muchos hablan sobre que la escribió cuando ya estaba loca, pero la verdad yo no sabría decirte. Justo ahora yo estoy con "Una habitación ajena" que es como la antítesis de lo que es "Una habitación propia" de la Woolf. En el libro que estoy leyendo habla la sirvienta de Virginia, Nelly. Es un retrato triste, a momentos muy lúdico, otros más vienen en contraposición a la ideología de Virginia Woolf, es una muy buena yuxtaposición de la diferencia de pensamientos (y situaciones econímicas, culturales y sociales) dentro de una misma casa, entre ama y sirvienta, te hace odiar a momentos a Virginia, y eso ya es mucho. Saludos querida, gracias por pasar.
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